Revista Farmacéuticos - Nº 112 - Enero/Marzo 2013 - page 19

Grove exhibió una lámpara incandescente que
funcionaba durante varias horas. Un joven
farmacéutico e inventor aficionado llamado
Joseph Swan realizó algunos experimentos sobre
lámparas, sin mayor éxito. Pero le interesaban
otros temas, en particular la fotografía e inventó
el papel fotográfico de bromuro de plata, que
permitió la realización de las primeras
impresiones fotográficas de alta calidad,
perfeccionó el proceso del colodión y realizó
diversas mejoras en las sustancias químicas
empleadas en la fotografía. Mientras, su negocio
farmacéutico, que se ocupaba tanto de la
fabricación de productos como de la venta al por
menor, iba viento en popa.
Y, pasados los años, en 1879, Swan ofreció una
demostración pública de su nueva lámpara
incandescente y esa demostración se produjo un
mínimo de ocho meses antes de cualquier cosa
que Edison pudiera elaborar. Aquel mismo año,
Swan instaló luces en su casa y en 1881 había
cableado ya la casa del gran científico Lord
Kelvin, en Glasgow, de nuevo mucho antes de
que Edison pudiera conseguir algo similar.
Pero, sin embargo, la primera instalación de
Edison fue mucho más destacada y su relevancia,
por tanto, mucho mayor, pues cableó un barrio
entero del bajo Manhatan, tendiendo entre 1881 y
1882 veinticinco kilómetros de cable. Todos los
problemas se solventaron y el 4 de septiembre de
1882 Edison, desde el despacho del financiero
J.P. Morgan, accionó un interruptor que iluminaba
ochocientas bombillas eléctricas en los ochenta y
cinco negocios que habían contratado su plan.
Swan, que seguía trabajando en su casa, no tuvo
visión de futuro y se quedó atrás.
Anterior a esto, otra maravilla de
este siglo: el gas a partir de 1820
y que a pesar de todos sus
inconvenientes, presentaba la
gran ventaja de su luminosidad.
Allá por el año de 1860 el
fabricante estadounidense de
bolas de billar Phelan and
Collander realizó un concurso en
el que se premiaba con diez mil
dólares a quien consiguiera un
sustituto del marfil natural. Uno
de los que compitieron fue el
inventor John Wesley Hyatt,
quien desarrollo el celuloide
disolviendo celulosa en una
solución de alcanfor y etanol. Si bien no ganó el
concurso, Hyatt consiguió el origen de un
producto que se encuentra muy cerca de estas
páginas, en nuestros pies o sobre nuestras
cabezas: ¡el plástico!
El brasileño José Bonifacio de Andrada, sabio y
vividor, culto y pendenciero, fue uno de los
grandes científicos de su época. En Suecia
descubrió cuatro especies de minerales y ocho
subespecies. Como homenaje a él, se bautizó el
descubrimiento de una roca con el nombre de
andradita. Y, por su parte, Madame Curie,
descubrió el polonio y el radio. Y en 1849 se
descubre oro en California.
Viena era la capital de la música.
Y la locura alegre del vals llegó a
tal extremo, en los primeros años
del siglo XIX, que las mujeres
embarazadas no reprimían sus
ganas de bailar y las salas de
baile disponían de un dispensario
para atender los partos
inesperados.
Se dice que Napoleón aprendió a
bailar el vals para casarse con la
archiduquesa María Luisa de
Austria.
Tristemente, años más tarde, la
Sophiensäle
, donde tantos valses
se bailaron, fue el lugar elegido
por los nazis para reunir a los
P
de Rebotica
LIEGOS
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Portada de
El Origen de las especies,
(Darwin)
Monet, Impresion, sol naciente
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