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Panorama Actual del Medicamento
ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
aroma característico, de carácter agradable,
que refuerza psicológicamente la acción
analgésica. Algunos de los más típicos son
el mentol, el alcanfor, el cineol y el euca-
liptol.
La formulación de los medicamentos contrai-
rritantes
es importante de cara a alcanzar con
mayor o menor éxito su cometido terapéutico.
En este sentido, las formas líquidas (linimento,
solución, aerosol) suelen ir acompañadas de un
masaje sobre la zona dolorida que complementa
el efecto contrairritante. Pero esto mismo no es
aconsejable con los productos rubefacientes de
acción muy vigorosa, ya que podrían provocar un
efecto verdaderamente doloroso, incluso supe-
rior al que se pretende neutralizar. En muchos
casos (linimentos, etc.), los preparados contienen
alcohol, lo que refuerza el efecto terapéutico de-
bido a la acción vasodilatadora (mayor aún si se
aplica con masaje) y además, al evaporarse sobre
la piel, produce frío, actuando como contrairri-
tante refrescante. Algunos medicamentos de
este grupo contienen varios tipos de contrairri-
tantes. Los medicamentos contrairritantes están
específicamente indicados preferentemente en
contracturas musculares, mialgias, lumbalgias y,
en general, en dolores que no estén asociados a
cuadros inflamatorios.
Tratamiento extrafarmacológico
En los
cuadros dolorosos agudos
leves o
moderados causados por pequeñas lesiones
osteomusculares es habitual recurrir a medidas
extrafarmacológicas previamente o incluso al
mismo tiempo que el tratamiento farmacológico.
En este sentido, es muy frecuente la aplicación de
frío
o de
calor
.
La selección de uno u otro depende básica-
mente del tipo y extensión de la lesión traumá-
tica. En ambos casos, se busca prevenir o frenar
la aparición de las molestias a través de meca-
nismos fisiológicos. Para ello, se actúa sobre el
calibre de los pequeños vasos sanguíneos superfi-
ciales, el aporte de sangre a la zona lesionada, la
relajación de los músculos afectados y el bloqueo
del dolor.
Los cambios fisiológicos básicos que se produ-
cen en la zona lesionada con el uso de
hielo
o un
objeto frío
sobre una lesión osteomuscular son:
–– Reducción de la respuesta inflamatoria.
–– Reducción del flujo sanguíneo.
–– Reducción del dolor.
Atendiendo a estas características, la aplica-
ción de frío está especialmente recomendada en
pequeños accidentes traumáticos y lesiones de-
portivas muy recientes o inmediatas, en las que
la previsible reacción inflamatoria podría agravar
las consecuencias de la propia lesión o accidente.
Existe un amplio abanico de dispositivos y mé-
todos de aplicación de frío a las zonas doloridas,
que va desde la simple aplicación de una bolsa de
hielo hasta el empleo de dispositivos y sistemas
más o menos complejos, pasando por aerosoles
de productos volátiles (como el cloruro de etilo).
Por su parte, la aplicación de
calor
en la zona
dolorosa, a través de diversos métodos, permite
producir los siguientes cambios fisiológicos:
–– Incremento del flujo sanguíneo.
–– Reducción de la rigidez muscular.
–– Incremento de la relajación muscular.
La aplicación de calor produce un doble efecto.
Por un lado, la estimulación leve de las termina-
ciones nerviosas de la piel para el calor produce
un efecto contrairritante. Pero, además, facilita
la recuperación de la elasticidad del colágeno de
la piel y de los tejidos subcutáneos. Su principal
riesgo es la falta de control del calor aplicado,
que puede llegar a provocar quemaduras o in-
cluso procesos más graves, según la intensidad
y localización.
Atendiendo a estas características, la aplica-
ción de calor está especialmente recomendada
en los cuadros en los que el componente inflama-
torio no sea el más importante, predominando
factores de tipo irritativo o neurálgico (lumbal-
gia), o con entumecimiento muscular o con-
tracturas musculares. Como en el caso anterior,
existe una amplia colección de dispositivos que
permiten la aplicación de calor seco (que debe
ser soportable, en cualquier caso). Desde la tra-
dicional, y efectiva, bolsa de caucho o pequeñas
piezas de lana, hasta dispositivos eléctricos más o
menos adaptados para determinadas localizacio-
nes anatómicas. El calor húmedo (baños, saunas)
también resulta muy útil en algunas condiciones
dolorosas agudas.
En ocasiones la combinación alternante de
frío y calor
, en forma de baños de contraste,
puede resultar muy útil de ciertas lesiones con un