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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
purulento del espacio articular. Esto se puede
hacer de dos maneras; bien mediante cirugía o
bien por aspiración articular cerrada. No está bien
definido cual de las dos es mejor o cual se debe
emplear como primera elección. Distintos estudios
indican que la aspiración mediante aguja y lavado
articular cerrado es preferible en las fases inicia-
les porque es una técnica sencilla, barata y útil.
Sin embargo en infecciones profundas (caderas y
hombros) se debe recurrir en primera instancia a
la cirugía.
Durante la fase aguda de la infección, una po-
sición óptima de la articulación es esencial para
evitar deformidades y contracturas posteriores. Las
recomendaciones actuales establecen mantener la
articulación móvil, en vez de inmovilizada. Se re-
comiendan movimientos pasivos de la articulación,
desde el inicio de la enfermedad, con el objeto de
abolir contracturas articulares y prevenir la atrofia
muscular.
La aparición de microorganismos multire-
sistentes que causan infección articular esta
siendo un problema vigente en el tratamiento
de estos pacientes. Además de un uso racional
del arsenal antimicrobiano del que se dispone
actualmente, se está investigando para la crea-
ción de nuevos antibióticos capaces de resolver
en parte el problema de las resistencias, y así
mismo se están investigando estrategias de va-
cunación adecuadas.
Infecciones en prótesis articulares
Las articulaciones que han requerido recam-
bio articular por prótesis son articulaciones con
un alto riesgo de infección. Estas articulaciones
protésicas proporcionan un nicho fisiológico muy
importante para la reproducción de microorga-
nismos patógenos. En los casos de infección en
estos pacientes, estas articulaciones pueden su-
frir una degeneración importante articular o una
devastadora complicación en los procesos de re-
cambio de prótesis.
Las superficies articulares protésicas están nor-
malmente recubiertas de proteínas del huésped,
fibronectina y fibrinógeno, que son una superfi-
cie muy atractiva para la colonización bacteriana.
Así mismo, las prótesis implantadas pueden
reducir el aporte sanguíneo y comprometer la
inmunidad local de la articulación con todo lo
que ello conlleva. De esta manera se reduce la
aportación de oxigeno, la llegada de nutrientes
para las células y la posibilidad de defensa tanto
humoral como celular ante cualquier infección.
Los factores de riesgo para el desarrollo de in-
fección en articulaciones protésicas son similares
a las infecciones en articulaciones no protésicas
como por ejemplo, artritis reumatoide, psoriasis,
inmunosupresión, bajo nivel social, obesidad,
enfermedades sistémicas como la diabetes me-
llitus, avanzada edad del paciente.
Las infecciones en articulaciones protésicas
pueden tener distintas manifestaciones. En los
tres primeros meses después de una cirugía de
prótesis articular, se pueden encontrar como
síntomas fiebre y signos locales de inflamación
e infección de la articulación. Normalmente
estas infecciones están causadas por microor-
ganismos muy virulentos, como por ejemplo
S.
aurus
y bacterias gram negativas. Las infeccio-
nes de presentación más tardía usualmente son
causadas por agentes menos virulentos como
Tratamiento empírico ante la sospecha de artritis séptica
Grupo de pacientes
Antibióticos
Bajo riesgo de SARM
Cloxacinina ± gentamicina
Cefuroxiam. Clindamicina en alergia a betalactamicos
Alto riesgo de SARM
Vancomicina ± cefalosporina de 2ª o 3ª generación
Estreptococos grupo A o B
Penicilina o clindamicina en alergia a betalactámicos
Gram negativos
Ceftriaxona (excepto Pseudomonas)
Sospecha de gonococo o meningococo
Ceftriaxona
Adictos a drogas vía parenteral
Discutase con microbiología