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Panorama Actual del Medicamento
ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
temente, va asociado a otros agentes quera-
tolíticos, principalmente el
ácido láctico
y el
ácido acético
.
En algunos preparados también pueden en-
contrarse otras sustancias, tales como anesté-
sicos locales (benzocaína), aunque estos son
de dudosa utilidad, dado que el grosor del es-
trato córneo impide prácticamente su absor-
ción hasta las zonas inervadas de la dermis,
donde deberían desarrollar su efecto anesté-
sico local.
Muchas de las formulaciones emplean
colo-
dión
, una sustancia plastificante que permite
recubrir la dureza con una capa uniforme,
manteniendo un contacto continuo del que-
ratolítico con la lesión hiperqueratósica.
Existen diversas fórmulas magistrales que
pueden utilizarse como callicidas cuando la
concentración de queratolítico no es muy ele-
vada (ácido acético 5 g en 25 g de vaselina).
Cuando el queratolítico está más concentrado
se utilizan, preferentemente, para el trata-
miento de papilomas plantares y verrugas. Se
pueden preparar fórmulas de ácido salicílico
desde el 30% hasta el 80% en vaselina filante.
Los preparados tópicos queratolíticos se
suelen administrar en dos aplicaciones diarias,
generalmente al acostarse y al levantarse. Nor-
malmente, al cabo de 3-6 días el callo habrá
sido eliminado, aunque puede facilitarse esta
acción mediante un baño de agua caliente.
Debido a su elevado poder de hidratación, los
preparados tópicos con
urea
(40%) son tam-
bién empleados en la eliminación de callos.
Valoración
Es muy importante conocer si realmente se
trata de un callo y cuál es el origen del pro-
blema. Es especialmente importante no con-
fundir los callos con las verrugas, especial-
mente con cierto tipo de éstas.
Las
verrugas comunes
son nódulos bien
delimitados, de superficie rugosa, redondea-
dos o irregulares, firmes y de coloración gris
clara, amarilla, parda o negro-grisácea, de 2
a 10 mm de diámetro. Se observan con más
frecuencia en zonas sometidas a traumatismos
(dedos, codos, rodilla, cara), aunque pueden
encontrarse en cualquier lugar. Las
verrugas
periungueales
(alrededor de las uñas) son
frecuentes, como lo son las verrugas plantares
(en la planta del pie), que se aplanan por la
presión y se rodean de epitelio cornificado.
Se puede distinguir un callo de una
verruga
plantar
eliminando la piel córnea: el callo mues-
tra márgenes cutáneos conservados, mientras
que la verruga tiene unos márgenes bien defini-
dos, con un tejido macerado blando o un pun-
teado negruzco, producidos por la trombosis de
los capilares. Cuando se elimina la piel córnea
en una callosidad, se reconoce una zona central
bien delimitada, amarillenta o transparente.
Otro cuadro que no debe ser confundido
con los callos son los
juanetes
. Estos son de-
bidos a una alteración articular y ósea, que
afecta al dedo pulgar de uno o ambos pies.
Su origen suele ser consecuencia de anomalías
anatómicas o al uso de calzado inadecuado,
que provoca el desplazamiento hacia un lado
del dedo y la formación de una lesión de tipo
inflamatorio (bursitis). Los juanetes no son
susceptibles de ser tratados con preparados
Figura 3.