Revista Farmacéuticos - Nº 136 - Enero-Marzo 2019 - page 33

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Pliegos de Rebotica
2019
Entrando en la alcoba vimos el cadáver de María en la cama,
medio cubierto con las sábanas, manta y colcha revueltas.
En el suelo de la cama había una especie de saco o arpillera
manchada de un líquido que parecía sangre. La cama limpia,
presentaba manchas de sangre en el lado derecho de la
almohada y en la sábana inferior.
Descubierto todo el cadáver, llevaba además de la camisa,
enaguas y refajo, todo mojado y manchado de un líquido como
orina. En la camisa había una mancha roja en la parte
correspondiente a la espalda y hombro derecho. En los pies
llevaba todavía los sinapismos.
Autorizada la autopsia por el juez que estaba presente, se
trasladó el cadáver a una mesa de disección traída de la
Facultad de Ciencias Médicas y se procedió al examen
cadavérico.
Tratado todo con esmero por los medios analíticos que la
química suministra, ningún dato positivo ofrecieron por el que
pudiera sospecharse la ingestión de sustancias venenosas de
origen inorgánico. Abandonado el campo de la investigación
por lo que a venenos minerales se refiere, se dirigieron las
investigaciones hacia el terreno más difícil de los venenos de
origen orgánico, cuyo hallazgo es siempre menos seguro y
más expuesto a error.
Reiterándose cuantas veces fue dado las pruebas y
contrapruebas, comparando los colores producidos por la
acción, ya con ácido nítrico, ya con cloruro férrico,
aquí con los residuos en la orina, allí con los del
contenido del estómago y observando la semejanza
o diferencia que dejaron ver, con los resultados de
igual reacción sobre la sal de morfina que se tenía
dispuesta y que se procuró colocar en situaciones
análogas.
El resultado de éstas comparaciones manifestó que
en ambos casos los efectos parecieron idénticos, y
observando los mismos matices y tonos en las
materias de investigación que en la sustancia
conocida, se vio que la reacción promovida por el
ácido nítrico y el cloruro férrico en el contenido de
la vejiga y en los líquidos procedentes del estómago,
semejaba físicamente a la promovida por los
mismos y en circunstancias parecidas en la morfina
pura que se escogió como término de comparación.
De todo lo que precede creemos poder concluir:
Primero: Que según los síntomas observados por los doctores
Pinilla y Drument, y el estado de robustez, buena conservación y
sanidad en general en la constitución que presentó el cadáver
de María Bonamot, la enfermedad que produjo su muerte fue
aguda y rápida.
Segundo: Que entre dichos síntomas, hay algunos que se
presentan en los envenenamientos producidos por opio y sus
preparados.
Tercero: Que ni los vestidos ni la inspección cadavérica han
presentado ningún vestigio de menstruación ni de
enfermedad aguda o crónica por la cual pueda explicarse la
muerte rápida de la María Bonamot, excepto la congestión
sanguínea de los pulmones, la tensión e hinchazón del
estómago y algunas coloraciones y arborizaciones venosas en
las partes declives de esta entraña y de los intestinos, en
especial por lo que toca a las primeras.
Cuarto: que ni la congestión de los pulmones, ni la hinchazón
del estómago, ni las coloraciones y vascularizaciones de esta
víscera y de los intestinos iban acompañados de lesión alguna
patológica en los tejidos, siendo la primera semejante en un
todo a la que se efectúa en las asfixias, la segunda debida a la
expansión de gases y las últimas a los fenómenos cadavéricos
por ocupar los puntos declives y separase del resto de tejido no
colorado por líneas bruscas.
Quinto: Que ni la congestión sanguínea de los pulmones ni la
tensión del estómago se manifestó por los síntomas que les son
propios, cuando la Bonamot fue examinada por los doctores
Pinilla y Drument.
Sexto: que estas alteraciones, en especial la congestión
pulmonar y la hinchazón del estómago, se encuentran entre las
producidas por los venenos narcóticos.
Séptimo: que la orina y líquidos contenidos en el estómago
sujetados al análisis, han dado reacciones semejantes a las que
demuestran en el estado actual de la química, la existencia de
la morfina y de sus preparados.
Octavo: Que los síntomas presentados por
la Bonamot, y las alteraciones de su
cadáver, están en concordancia con los
resultados de los análisis químicos.
Firmado: Pedro Mata
Juan Drument
Tomás del Corral y Oña
Y otros.
Madrid, 1844
Esta autopsia la llevaron a cabo
médicos de gran prestigio pero que
no eran forenses, pues ese Cuerpo
no existía todavía. Eran médicos de
medicina general y cirujanos
LOS BOTICARIOS
Tratado teórico-practico de medicina legal y toxicología -
don Pedro Mata - Madrid 1912 - 5 tomos
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