Revista Pliegos de Rebotica - Nº 133 - Abril/Junio 2018 - page 5

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Pliegos de Rebotica
2018
Y
Mitos
y mitos…
Aurora Guerra
Hablemos de mitos.
Y
no me refiero
a esa
narración
maravillosa
protagonizada
por personajes divinos o
heroicos. La dulce ficción
sobrehumana a la que
nos subimos sonrientes,
complacidos en el conocimiento de su falsedad y
belleza. Como el mito de Narciso, el hermoso
enamorado de sí mismo, besando su reflejo en el
agua hasta morir, dejando en su memoria una flor
de inusitada perfección.
Tampoco hablo de esa historia emotiva y moral
que condensa alguna realidad humana de
significado universal. El mito docente, instructivo
para el que sabe escuchar con atención y leer
entre líneas, como el de Segismundo prisionero,
condenado al infortunio por un pecado futurible,
sentencia preventiva de una justicia adelantada. La
vida es sueño, y los sueños… sueños son.
Podría ser que mi mito de hoy fuese ese
personaje inolvidable, inmortal a fuerza de
pensarlo, adornarlo, vestirlo, denostarlo, adorarlo
y odiarlo a la vez. Necesariamente muerto,
imprescindiblemente polémico, obligatoriamente
interesante, como Marilyn Monroe diosa de la
belleza y la desdicha, fruto oscuro del esplendor
y la fragilidad.
Hoy hablo de otros mitos.
Esos hechos, personas o cosas, a las que se
atribuyen cualidades o excelencias que no tienen,
y que nacen, crecen y se reproducen con vida
propia, hijos de un
big bang
en miniatura. Una
explosión que se propaga fuera de sí misma,
expandiéndose constantemente como un cáncer
ideológico en los heterogéneos medios de
comunicación, desde las redes sociales hasta las
conversaciones entre vecinos. Los llamamos
mitos, si. Pero también podríamos llamarlos ideas
delirantes: síntomas psiquiátricos consistentes en
la aceptación de un pensamiento nacido de una
realidad errónea, y que pese a ser falso, es
irreductible a la argumentación lógica.
Cuántas veces no existe ni un estudio acreditado
que los apoye, ni un prestigioso científico que los
avale, ni un fundamento en el que recostarse
tímidamente.Y sin embargo, ahí están, vivos,
feroces, desbocados.
Lamentablemente, ese mito acaba siendo a
menudo, absolutamente universal, sin distinción
de razas o culturas.
Yo he visto a personas inteligentes, cultivadas y
eruditas, incluir en sus normas de conducta,
plenas de confianza, mitos absurdos.Y cuando les
he preguntado el porqué, me han respondido:
por si acaso…
Y me ha costado morderme la lengua para no
decir, como César:
-
Tu quoque, Fulanito, filii mei
Así pues, creo que de todas las definiciones de
mito que se describen en el diccionario de la
lengua española, esta vez me voy a quedar con
esta:
Mito: ave paseriforme de la familia de los Páridos,
con plumaje blanco, negro y rosado y larga cola
blanca y negra. Es común en España y vive en los
bosques, donde construye nidos cerrados de forma
inconfundible.
Será mejor para mi salud emocional.
¿No creen?
Pues eso.
n
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