Revista Pliegos de Rebotica - Nº 133 - Abril/Junio 2018 - page 3

E
E
l arte a veces tiene sus peligros.Y no me estoy refiriendo a un
muralista que absorto en lo grandioso de su creación cae del andamio
y se rompe la crisma, que no sé lo que es –ustedes disculparán mi
ignorancia– pero que a juzgar por el lenguaje popular es muy frágil a la
vista de los incontables que se la han roto.
Viene a esta entradilla a colación de lo que yo misma sufrí hace muy pocos días.
Pasaba por una preciosa rotonda en Las Rozas, con su espléndido abeto central
rodeado por rosales iluminados de flores rojas. Hasta ahí, todo perfecto. Al
seguir circunvalándola me encuentro de repente con nueve cajas de madera del
estilo de las de las fruterías volcadas sobre el césped. Me indigné ante la
barbarie del trasportista que hubiera volcado allí aquella basura y decidí avisar a
cualquier policía para que lo quitasen. Pero inmediatamente una duda me asaltó:
¿será una carísima escultura realizada por un famoso escultor? ¿Podría, en el
caso de decir que lo tirasen al vertedero, ser acusada de vandalismo?
Con mente y ánimos divididos continué dando vueltas a la rotonda indecisa ante
lo que debía ser mi deber cívico. ¿Qué era aquello? ¿Basura? ¿Basura ante la que
hay que extasiarse alabando forma y concepto? Porque basura
era. Llegué tarde a mi trabajo. Ante mi puerta esperaba una
señora con mala cara –con razón– que protestó por la
hora. Compungida pedí disculpas con mi mente aún en la
disyuntiva. Eso consigue a veces el llamado arte
conceptual: dejarte colapsados mente y espíritu –aparte de
que una señora te fulmine con la mirada–.
Y recordé que no hace mucho se han pagado 24.500 euros
por una lata de conserva preparada al vacío que contiene
300 gramos de las –¿divinas?– heces de un famoso escultor
de origen italiano, llamado Manzoni, que se suicidó a
finales de los años 90. La serie se compone de 100 latas
iguales, numeradas eso sí, rellenas de esta sublime sustancia
y esta es una de las últimas que quedan sin vender. Cada vez
es más frecuente confundir originalidad con mal gusto.
Cómo me acuerdo del gran Eugenio D´Ors cuando decía
aquello de que
Últimamente en arte y literatura ser original es
tener buen gusto.
Ya presa de un sinvivir me planteé otra cuestión: ¿seré una irresponsable que día
a día vuelca en los contenedores municipales lo que de toda la vida de Dios se
ha llamado basura y que ahora es arte y que me podría representar miles de
euros que me permitirían vivir como una reina? Está claro que se me escapan las
mejores.
P.D. El que fue compañero sentimental del eximio autor ha desvelado
recientemente que los excrementos de las latas no habían salido de verdad de lo
más profundo del artista…
Qué desilusión.
n
3
Margarita Arroyo
Pliegos de Rebotica
2018
CARTA DE LA DIRECTORA
Qué desilusión
La célebre lata de conservas de
Manzoni no contiene "mierda de
artista" sino yeso.
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