Revista Pliegos de Rebotica - Nº 133 - Abril/Junio 2018 - page 7

7
Pliegos de Rebotica
2018
Calvo brilló con luz propia en política y se
mereció el respeto de sus conciudadanos por su
rectitud y por la apasionada defensa que hizo de
unas ideas que permanecerán siempre en defensa
de las clases medias, sin caer en extremismos de
uno u otro signo.
Calvo Asensio fue diputado en seis legislaturas
comenzando en 1854 y finalizando casi de forma
ininterrumpida hasta su fallecimiento en agosto
de1863. Su ambición política fue enorme
buscando ideas tan nobles como la moralidad; la
legalidad; la independencia nacional; la ampliación
del derecho electoral –muy limitado entonces– ;
la seguridad individual y, sobre todo, la libertad de
prensa. A su muerte, el Congreso de los
Diputados votó una ley para restituir a su familia
las grandes cantidades que había pagado como
multas administrativas de su periódico La Iberia,
todo un signo de que no entró en política para
enriquecerse, y todo un ejemplo para muchas
generaciones de políticos que le sucedieron.
Literato por necesidad
Al finalizar la carrera de Farmacia Calvo Asensio
necesitaba dos cosas para entrar en política: darse
a conocer y conseguir dinero, ya que las campañas
electorales se financiaban del bolsillo de los
candidatos a cada distrito. Para ello recurrió a lo
único que podía recurrirse entonces: la
literatura. Funda un periódico literario:
El
Cínife
, escribe folletines y, sobre todo,
publica obras teatrales de estética
romántica, muy apreciadas en ese
momento como La
Venganza de un
pechero; La acción de Villalar;
Felipe el Prudente, o comedias
como Los Disfraces, Valentina
Valentona y La Estudiantina o el
Diablo de Salamanca.
Algunas de estas obras las lleva a cabo en
colaboración con su gran amigo
Juan de la
Rosa
y, en otras, como
Ginesillo el aturdido
, una
de sus más características, es autor en exclusiva. El
teatro – sin otros medios de esparcimiento, mas
allá de la opera o la zarzuela -, fue uno de los
medios más eficaces de conseguir dinero en el
siglo XIX, al que tuvieron que recurrir la mayor
parte de los literatos de la época, ya que la poesía
o la novela siempre fueron productos para
minorías.
Merece la pena consultar la amplia bibliografía
existente en este momento sobre Calvo Asensio
y, particularmente, a los especialistas en este gran
personaje de nuestra historia, como son:
Rosa
Basante, Javier Puerto, Juan Esteva
, o
Daniel
Pacheco
entre los farmacéuticos, o
Irene Vallejo;
Pedro Ojeda, Luis Alberto de Cuenca
o
Juan
Van Halen
, estos últimos, del mundo de las
letras.
En el Museo de la Farmacia Hispana se conserva
una corona de laurel plateada, dedicada a su
muerte por la ciudad de Reus, en la que hay una
inscripción que dice:
Pudo segar tu cuello
La guadaña
Más no arrancar tu nombre
A la memoria
Quien vive de virtud
Honor y gloria
No muere nunca
En el honor de España
Todo un ejemplo para
farmacéuticos, políticos y literatos,
cuya memoria merece ser
recordada.
Miembros de la
redacción de La
Iberia. De izquierda
a derecha: Pedro
Calvo Asensio,
Francisco
Montemar, Ángel
Fernández de los
Ríos y Práxedes M.
Sagasta
En primer plano con el discurso en la mano, Calvo
Asensio en el cuadro de la coronación del poeta Rosales
que se conserva en el Palacio del Senado.
1,2,3,4,5,6 8,9,10,11,12,13,14,15,16,17,...52
Powered by FlippingBook