I
maginar el cerebro podría ser, imaginar
un árbol formado por conexiones de
dendritas, y axones que semultipli-
can, dando lugar a ramas que van
creciendo y de esa forma van pro-
porcionándonos la capacidad del
lenguaje, del pensamientoyde la
abstracción, entre otras. Podría-
mos decir que es el árbol de la vi-
da. Los axones, dendritas y sus ra-
mificaciones forman parte de
nuestras neuronas.
Según el neurobiólogo Dr. Oroquieta, “
el
cerebro es lo que somos, es nuestra esencia, contie-
ne la historia de nuestra vida, nos hace sentir y go-
bierna todo el organismo, sirve para comunicarnos
con otros seres vivos y para controlar toda nuestra
actividad…
”Es importante que lo cuidemos al igual
que cualquier otra zona de nuestro cuerpo ya que su
alteración puede producir enfermedades de la men-
te.NuestroNobel deMedicina, donSantiagoRamón
yCajal, decíay así está escrito en la entradadel hos-
pital que lleva su nombre, que “
cada persona es el
escultor de su propio cerebro
”, y de hecho se han
encontrado áreas más desarrolladas que otras, lo-
grándosequenuestrasconexionescrezcanmásome-
nos, por características genéticas, por la influencia
del medio ambiente en el que crecemos, la educa-
ción recibida y el ambien-
te intelectual en que nos
criamos.Estos son factores
determinantesque influyen
en las diferencias entre un
cerebro y otro, a través de
la plasticidad neuronal
(modulación de la percep-
ción de los estímulos del
medio, tanto losqueentran
como los que salen).
La idea cartesiana de
una mente separada del
cuerpo, bienpudohaber si-
do según elDr.AntonioR.
Damasio –director del De-
partamento de Neurologia
de la Universidad de Iowa
y premio príncipe deAstu-
rias entre otros–, el origen,
a mediados del siglo XX,
de“
lametáforade lamentecomounpro-
grama informático
”.
En términos coloquiales, es fre-
cuente escuchar que nuestro cerebro
es el discodurode unordenador per-
sonal donde se procesa toda la infor-
mación que controla la vida de cada
uno, tanto física comomental.
El tamaño del cerebro no influye,
demostrado con la comparación del cerebro
deLordByronydeAnatoleFran, gran tama-
ño el primero y con la mitad de peso el se-
gundo, pero los dos, excelentes escritores.
¿Pero por qué tenemos, cada vez más, ese inte-
rés por el cerebro?
Estamos en una etapa de evolución enorme, de-
bido a lamejora enmedidas higiénicas, sanitarias, y
aumento de calidad de vida.
Hoy, se considera la media de esperanza de
vida, en aproximadamente 80 años. El envejeci-
miento poblacional es una de las consecuencias
del progreso. Nuestra población actual, es de
46,1
millones de habitantes yvemos como elAlz-
heimer, es la enfermedad neurodegenerativa más
frecuente, que afecta a un 5% y 10% de los ma-
yores de 65 años. Esta enfermedad es una forma
de demencia, con una atrofia de diferentes zonas
del cerebro, consecuencia de la rotura de cone-
xiones (o sinapsis) llegandomás tarde a lamuer-
te de las neuronas y perdida de otras capacida-
des mentales. Este tipo de demencia, afectará a
un 30% en los mayores de 85 años.
Lapérdidadememoria, conmanifestacionesca-
da vez más frecuente como ¿dónde puse mis lla-
ves? , ¿Qué comimos ayer? ¿Por qué a veces nome
salen las palabras?, o la desorientación espacial y
temporal, que unido a otros factores como depre-
sión, podría ser un aviso que indica que debemos
espabilar la mente para que nos dure más tiempo
en el mejor estado posible.Yese esmi mensaje de
hoy, porque lo cierto es que no cuidamos lo sufi-
ciente nuestra mente.
Solovaloramos lascosascuando sepierden.Pen-
semosquenunca reparamosennuestrasvíscerashas-
ta que las sentimos de forma incómoda y dolorosa.
Nonospercatamosde lo importantedenuestrosojos,
de nuestras piernas de nuestro corazón hasta recibir
el aviso de que existe algún fallo, que nos limita el
quehacer de cada día.
P
de Rebotica
LIEGOS
24
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
Aurora Sánchez Sousa
El ladrón de la
memoria
