Revista Farmacéuticos - Nº 116 - Enero-Marzo 2014 - page 19

negociador de la otra parte. Después pedí que nos
llevasen a una zona que se consideraba tierra de
nadie para que no hubiera presiones y como el
Presidente había dicho queme dieran carta
blanca, se hizo así dejando fuera de esa zona los
soldados que habían ido . Los rebeldes pedían un
millón seiscientos mil dólares por el rescate.
–¿Con qué límite de dinero contaba usted?
–Ni me planteé ese tema. En un principio bajaron
hasta ochocientosmil dólares, pero seguí
manteniendo que no había negociación posible a
cambio de dinero. Que no se podía hacer negocio
con el secuestro y que debían libertarlas por
Palestina porque secuestrar a personas así era un
delito contra laHumanidad y losValores del ser
humano y que era inadmisible negociar en esas
condiciones. Sin embargo que sí se podría negociar
otras reivindicaciones si las ponían en libertad.A
los tres días de conversaciones estuvieron de
acuerdo y pusieron la condición de que fuera
también el embajador de Libia y que nos
entregarían lasmonjas a ambos pero en zona
rebelde. Después se supo que no era toda una
organización, sino que lo organizó un hombre entre
la desesperación y la venganza. Llegados a este
punto, convoqué a la prensa para que quedase
constancia de que se encontraban las hermanas en
buen estado y que todo había llegado a un término
feliz.
–Fue a través de la prensa se enteró el Papa de
todo este proceso.
–Sí. Ungranhombre que se puso en contacto
conmigopara agradecérmeloy conquien comparto
muchas convicciones de convivencia y sobre el
sentidode la vida.
–¿Tuvomiedo en algúnmomento durante esos
días?
–Sí, peropor lasmonjas, porque temía que pudieran
sufrir algúnmaltrato al negarles el rescate.
Y ahora se ha ofrecido a algomás peligroso aún;
ha pedido ser intercambiado por las monjas
secuestradas enMaalula ¿Qué le ha empujado a
hacerlo? Porque esta vez estaría sin ayuda alguna
desde el primer momento, en una situación política
fuera de todo control, donde y cuando la vida no
vale nada y amerced de quienes lo hayan hecho.
–Es que es tan injusta esta acción, la haya hecho
quien la haya hecho, que si es necesariohayque dar
la vida por ellas porque de algunamanera hayque
decir que no se puede seguir consintiendo la
injusticia y la crueldadgratuita.Yeso es loque está
sucediendo ahora.Yno sólo con lasmonjas. Es
necesario luchar contra ello. He hecho casodemi
corazónydemis convicciones. Es necesario
P
de Rebotica
LIEGOS
19
“ ”
Las monjas nunca han hecho daño a
nadie y si se les pudiera buscar una comparación
yo diría que son un poco ángeles.
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