Revista Farmacéuticos - Nº 116 - Enero-Marzo 2014 - page 31

una concepción religiosamente dogmática; en
mi opinión, la ciencia no define las
preguntas, sino el método de cómo se
responden. Ya, me dijo Savater, pero se trata
de apostar por la duda y el tanteo, no por las
creencias que dispensan de seguir pensando;
a lo que le repliqué que la duda es el terreno
natural en el que semueve la fe sincera y que
dejase de crearse enemigos a la conveniencia
de sus argumentos: todos sabemos que son
muy fáciles de abatir. Aveces me parece que
el dogmatismo ateo es aúnmás tramposo que
el religioso.
Savater, que ya se había remangado
dialécticamente, me reconoció que aunque el
exceso de fe puede llevar al suicidio
intelectual, la ausencia total de cualquier
atisbo de fe nos paraliza en unmarasmo
cauteloso y que si algo debiera combatirse
implacablemente por medio de la educación
no es tanto la fe sino la credulidad.
Alo cual asentí, especialmente cuando
remató lo anterior con que
hay muchos
crédulos que están engañados, pero quizás
los más crédulos de los crédulos sean los que
al salir de la clase de ciencia creen haberse
desengañado de todo ya.
¡Quizás porque la fe en la razón está
expuesta a lamisma insostenibilidad racional
que toda otra fe!, tercióUnamuno, añadiendo
que al fin y al cabo
el creer es una forma de
conocer
, siquiera no fuese otra cosa que
conocer nuestro anhelo vital y hasta
formularlo. Alo que Umberto Eco añadió que
aunque
Cristo
no fueramás que el sujeto de
una gran leyenda, el hecho de que esta
leyenda haya podido ser imaginada y querida
por estos bípedos sin plumas que solo saben
que nada saben, sería tanmilagroso como el
hecho de que unDios real fuera
verdaderamente encarnado.
Este misterio
natural y terreno cesaría de turbar y haría
mejor el corazón de quien no cree
, sentenció
Eco.
En este puntoAlasdairMacIntyre intervino
para hacer una importante precisión en torno
a la filosofía y la religión. Adiferencia de la
aristotélica, la cultura de la Biblia ofrece
–decíaMacIntyre– una respuesta adicional, la
del perdón. No hay palabra en la Grecia de
Aristóteles que la traduzca. La inclusión de
la caridad como virtud altera de forma
radical el concepto del bien del
hombre; la comunidad en la que tal
bien se alcanza ha de ser una
comunidad de reconciliación.
Desde el infinitoHerbert Marcuse
me guiñó un ojo yme
recordó que ya en las
puertas de sumuerte, en
1976, y bajo los cuidados de
JürgenHabermas, le había
confiado a éste que el
fundamento
de la ética es la compasión
. Lo
cual, procediendo de un refinado
pensador marxista, es de tener muy
en cuenta. Umberto Eco, que había
escuchadomi comunicación
interior conMarcuse, me comentó
al oído que fue el cristianismo el
que inventó la historia.
Solo si se cuenta con un sentido
de la dirección de la historia
–incluso para quien no cree en
Dios– se pueden amar las
realidades terrenas y creer –con
caridad– que existe un lugar para la
Esperanza.
En plena vorágine telepática, seme
materializó definitivamente el espíritu de
HannaArendt para afirmar que
el
cristianismo asciende la vida terrena de
cada humano a algo infinitamente
precioso porque dentro de su brevedad
menesterosa, es también el comienzo
absoluto de una aventura que jamás
acabará, el inicio significativo de la
eternidad individual
. Estome sugirió que
aquel que busca a Jesucristo en su tumba no
encontrarámás que un hueco en la piedra;
quien no vemás que lamuerte de Jesús,
se perderá lomejor de Él: su vida.
Acontinuación, montamos yo ymi
perplejidad en la nave intergaláctica y
nos alejamos hacia las profundidades
del espacio; eso sí, sorteando
cuidadosamente lamateria y la
energía oscuras queme acosaban
desde densos agujeros gravitacionales,
y rumiando la idea de la inmortalidad
mientras me enfrentaba a la relatividad
del tiempo.
P
de Rebotica
LIEGOS
31
LA REALIDAD BAJO LA ALFOMBRA
1...,21,22,23,24,25,26,27,28,29,30 32,33,34,35,36,37,38,39,40,41,...52
Powered by FlippingBook