Revista Farmacéuticos - Nº 116 - Enero-Marzo 2014 - page 18

–El embajador deCuba en Españame comentó una
vez que “un embajador es algo así como un gitano
de lujo” porque siempre va de un lado a otro del
mundo con la casa a cuestas. ¿Es cierto que es una
vida difícil?
–Tiene su ladomalopero también su ladodivertido.
Desde luego es agradable porque se conocenpaíses,
nuevas gentes y culturas y enriquece por los distintos
puntos de vista que encuentras.Además estás
cumpliendo con tuobligación con tupaís y eso es
satisfactorio. Pero también es unproblema porque
estás lejos de tus amigos de siempre, de tu familia, de
tus paisajes; con los hijos que tienenque adaptarse
continuamente a nuevas costumbres y a nuevos
compañeros.Yte sientes unpoco responsable de su
desarraigoydel tuyomismo.
–Por cierto ¿es buen negociador?
–Hombre, yonopuedo juzgarme amímismo. Sólo
puedodecir que tratode defendermi causa de lamejor
manera posible.
–¿Ama el peligro?
–No. Pero a veces el peligro es una parte inevitable de
nuestro trabajo. Incluso aunque no sea algo
obligatorio, a veces tu conciencia te empuja a hacer
algoque lo tiene ynohaymás remedioque seguir
adelante.
–¿Y qué pasa entonces con el miedo?
–Bueno, ahí está. Pero el sentidodel deber y la subida
de adrenalina te ayudanmucho en esosmomentos.
–Le he hecho estas preguntas porque sé que usted
ha vividomomentos duros y sé también que no huye
de las dificultades, sino que a veces va a su
encuentro. Por ejemplo en Filipinas donde estuvo
como Embajador hace unos años y allí fue la única
persona que se ofreció paramediar en un secuestro
que ya contaba con varios meses de duración. Creo
que estuvo en una isla negociando durante tres días
hasta conseguir libertar a dos monjas españolas que
habían sido secuestradas. ¿Cómo sucedió?
–El gobierno filipino convocó a los distintos
componentes del cuerpodiplomáticode los distintos
países con sede en ese país, para quemediasen en el
conflictoperonadie se brindó a ello.
–¿Pero, por qué lo hizo usted?
–Bueno, enprimer lugar, lasmonjas nunca hanhecho
daño a nadie y si se les pudiera buscar una
comparaciónyodiría que sonunpoco ángeles.Ayudan
con toda generosidad a quien lonecesita, orany
trabajan. Nopidennada a cambio. Sólodan toda su
vida a los demás a cambiode nada. Ni dinero, ni fama,
ni influencias. Nadie debe hacer daño a seres así. Por
otra parte, se habíandistribuido sus fotos yuna de
ellas se parecía amimadre cuando era jovenyno
podía evitar que seme saltasen las lágrimas pensando
en las dos. Perono sólopor el parecido, sinoporque
pensaba en el sufrimientoque teníanque estar pasando
yme parecía una enorme injusticia. Por eso sentí que
tenía la responsabilidadde ayudar aunque fui el único
que pensó así.
–¿Y cuál fue el proceso?
–En primer lugar se lo comuniqué ami presidente
para pedirle permiso yme dijo que por supuesto
debía hacerlo tanto si lo conseguía como si no;
pero al menos había que intentarlo. Después envié
una carta al Gobierno Filipino y comenzaron los
trámites. Cuando llegué al aeropuerto para ir a la
isla donde tenían a las monjas, para negociar, había
algo así como cuarenta omás representantes de
medios de comunicación para acompañarle en su
viaje. Al llegar me encontré con el negociador que
representaba a los rebeldes y cuando el
Gobernador de la islame ofreció que durmiera en
su casa por seguridad y no en el hotel, dije que sí,
pero que también tenía que venir conmigo el
P
de Rebotica
LIEGOS
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Margarita Arroyo
Hablando
entre amigos...
Cortés, contenido, observador, natural. Con lamirada
y con lasmanos tiendepuentes. Emite serenidad y un
puntode firmeza. Sabe transmitir y lo sabe. Y lousa.
Afortunadamente. Él es
Embajador de laMisiónDiplomáticade Palestinaen España.
Musa
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