Revista Farmacéuticos - Nº 116 - Enero-Marzo 2014 - page 12

E
n aquel entonces, siglo sexto, Severiano,
cristiano, de origen hispanorromano, funcionario
de lamonarquía goda, decidió, acompañado de su
familia, trasladarse a la Híspalis romana (Sevilla),
huyendo de los invasores bizantinos, asentados en
una amplia superficie del levante hispánico, en la
que se encontraba la ciudad de Cartagena,
asaltada violentamente. Estudios de la
documentación histórica actual consideran que el
más pequeño de los hijos, habidos de Severiano y
sumujer (goda), Isidoro, nació en la ciudad
hispalense. Isidoro (560-636), el benjamín; los
otros tres hermanos, nacidos en Cartagena:
Leandro, Fulgencio y Florentina también han sido
canonizados.
Severianomurió a edad temprana y la educación
y formación del joven Isidoro estuvo a cargo de
su hermano primogénito, Leandro. Es posible
imaginar que desde esta edad de juventud,
Isidoro, se familiarizara con los libros de las
ciencias, tanto religiosas como profanas; también
en el correcto conocimiento y dominio de las
lenguas propias de esa época histórica alto
medieval: hebreo, latín y griego, especialmente.
Con el tiempo, Isidoro, reuniría en su biblioteca
(
scriptorium
) todo el saber de laAntigüedad hasta
sumuerte. Los libros y los códices eran sagrados.
Sus biógrafos afirman que conocía a la perfección
todos los libros de su tiempo. Diríamos que la
intelectualidadmedieval trabajaba esencialmente
sobre los textos escritos –los libros–, en el
análisis y lamáxima comprensión del contenido
de los mismos, llegar a la esencia y transmitirla.
Sucedió en el año 600 a su hermano, San
Leandro, en la silla episcopal de Sevilla. Presidió,
Isidoro, durante el reinado de Sisenando, el IV
Concilio de Toledo en el año 633, al que
asistieron nomenos de 66 obispos de Hispania y
de la Galia, congregados en la basílica de Santa
Leocadia de Toledo. Concilio que acordó la
trayectoria 'política' de la España visigoda:
limitación del poder del rey y el deber de
obediencia, basado en la fidelidad y lealtad (el
canon 75 constituye el sustento legal de la
monarquía católica visigoda). Previamente (619)
había presidido también el II Concilio de Sevilla.
El XVConcilio de Toledo (año 688) le rindió
justo tributo de admiración y respeto: el
extraordinario doctor, el hombremás erudito, el
siempre nombrado con reverencia, Isidoro. En
1598 el papa ClementeVIII firmó el decreto de
canonización y la celebración de su fiesta el 4 de
abril; con posterioridad, el papa InocencioXIII lo
declaróDoctor Universal de la Iglesia en 1722.
De verdad es la obra de San Isidoro, escrita en
Sevilla, la que proyecta su persona al universo de
la trascendencia histórica. El filósofo J. L.Abellán
afirma (
Historia crítica del pensamiento español
,
1979): "Todos los autores coinciden en que, sin su
personalidad, la culturamedieval hubiera tenido
un aspectomuy distinto. Su saber era inmenso y
tuvo la habilidad de transmitirlo a generaciones
posteriores. Nos ha quedado como prueba
irrefutable de su amor a los libros, su biblioteca".
En el buen conocimiento del profesor medievalista
J. Sánchez Herrero (Universidad de Sevilla): "San
Isidoro lee los viejos libros que ya nadie leía y
que él reúne en una biblioteca donde figuraban
obras de filosofía, teología, gramática, retórica,
historia, derecho, arquitectura, ciencias, etc."
Lo que brilla con luz propia en la personalidad de
San Isidoro es, sin duda, su doble condición de
P
de Rebotica
LIEGOS
12
JoaquínHerrera Carranza
San Isidoro de Sevilla
cumbre y lumbrera del
saber medieval
San Isidorode Sevilla (óleodeMurillo, Catedral de Sevilla)
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