Panorama Actual del Medicamento (PAM) - Nº 367 - Octubre 2013 - page 119

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Panorama Actual del Medicamento
ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
ha­cia la etiología vírica. Por su parte, la farin-
goamigdalitis por estreptococo betahemolítico
del grupo A se suele presentar en in­vierno y
primavera, en niños de 5 a 15 años, y tiene un
comienzo brusco con fiebre, cefalea, dolor de
gargan­ta y dolor abdominal, inflamación farin-
goamigdalar, a menudo con exudado, adenitis
cervical dolorosa, pe­tequias en las amígdalas o
el paladar y a veces exante­ma escarlatiforme,
en ausencia de rinitis, tos, ronquera y diarrea.
En estos casos, el diagnóstico ofrece pocas
dudas. Sin embargo, en muchas ocasiones,
faltan va­rios o algunos de estos signos y sínto-
mas, por lo que el diagnóstico se complica. Al-
gunos signos y síntomas se han elegido como
referencia, para definir la necesi­dad de trata-
miento en estos casos y si no es posible el diag-
nóstico microbiológico (por ejemplo, en paí-
ses en vías de desarrollo); ejemplos de dichos
signos y sínto­mas son la adenitis cervical o la
existencia de exudado faríngeo. Únicamente el
diagnóstico microbiológico, me­diante cultivo
o realización de pruebas rápidas, permi­te la
confirmación fidedigna de la etiología.
La erradicación del estreptococo de la naso-
faringe es esencial para la prevención de la
fiebre reumática. Un 10-20% de los niños en
edad escolar son porta­dores asintomáticos de
estreptococo A durante los meses de invierno y
primavera. Estos casos pueden valorarse como
fracasos terapéuticos si se realiza un cultivo
faríngeo después del tratamiento.
Algunos niños padecen episodios repetidos
de fa­ringitis en los que se aísla estreptococo
betahemolíti­co del grupo A. El problema en
estos casos radica en diferenciar si son porta-
dores crónicos de estreptococo o si padecen
faringitis estreptocócicas recurrentes. En ge-
neral, se consideran portadores crónicos en
las si­guientes circunstancias: 1) los hallazgos
clínicos y epi­demiológicos (edad, estación)
sugieren etiología viral; 2) la respuesta a los
antibióticos es mala; 3) los cultivos faríngeos
son positivos entre los episodios; 4) no hay
respuesta serológica a los antígenos extrace-
lulares del estreptococo A (antiestreptolisina y
anti-ADNasa B).
Como causas de faringitis estreptocócica
recurren­te se consideran la falta de cumpli-
miento del trata­miento, la inactivación de la
penicilina in situ por la microbiota productora
de betalactamasas presente en la faringe, la
tolerancia a la penicilina del estreptococo
del grupo A, la formación de acúmulos de
estreptoco­cos (biocapas o biofilms) en las
amígdalas infectadas o hipertrofiadas que im-
piden una respuesta definitiva a los antibió-
ticos, pudiendo necesitar dosis más altas o
durante más tiempo, la capacidad del antibió-
tico para eliminar el estado de portador y la
existencia de portadores asintomáticos en el
mismo domicilio que pueden facilitar la rein-
fección del paciente. El tratamiento antibiótico
está indicado en las recu­rrencias verdaderas.
Finalmente, cuando un niño tiene 6 o 7 epi-
sodios de faringoamigdalitis estreptocócica al
año, pese a cumplir correctamente los trata-
mientos antibióticos, estaría indicada la amig-
dalectomía.
En ocasiones, la progresión de una infección
viral, si el sistema inmune del individuo no es
capaz de combatirlo, puede favorecer la infec-
ción secundaria por bacterias. En el caso de
infecciones por estreptococos ß-hemolíticos
de grupo A (
S. pyogenes
), la evolución es-
pontánea, sin tratamiento, supone un riesgo
importante de complicaciones serias como la
fiebre reumática o la glomerulonefritis. Por
todo ello, existe un amplio grupo de pacientes
que deben ser derivados de forma automática
al médico, como son los niños menores de 10
años con fiebre y ganglios inflamados, los ma-
yores de 10 años con fiebre elevada y pus en
las amígdalas, los pacientes de cualquier edad
con enfermedades crónicas (diabetes, asma,
afecciones cardíacas), y aquellas personas con
antecedentes de fiebre reumática, con dificul-
tad respiratoria o con alteraciones renales.
En definitiva, el tratamiento sintomático
puede ser recomendado por el farmacéu-
tico sólo cuando no existan procesos febri-
les, cuando los ganglios no estén inflamados,
cuando el enrojecimiento y el dolor de gar-
ganta sean leves y los síntomas de la patología
faríngea tengan pocos días de evolución, siem-
pre que no haya complicaciones del tipo otitis
o sinusitis, y que no aparezcan placas blan-
quecinas en la faringe o sobre las amígdalas.
Si una vez instaurado el tratamiento sintomá-
tico el dolor no remite en 2-3 días, es siempre
aconsejable la visita médica, ya que si se sigue
el tratamiento se pueden enmascarar cuadros
clínicos más graves que cursan con la misma
sintomatología.
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