Panorama Actual del Medicamento (PAM) - Nº 366 - Septiembre 2013 - page 9

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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
Etiopatogenia de la migraña
Aunque el cerebro carece de receptores del dolor
y, por tanto, “no duele”, la cefalea constituye la
forma más común en que el dolor es experimentado
por el ser humano. Esta aparente contradicción se
resuelve si se tiene en cuenta que el resto – quitando
al cerebro – de las estructuras que forman la cabeza
(piel, músculos, vasos sanguíneos, huesos, nervios,
ojos, cavidades nasales, senos paranasales y boca)
disponen de muchos más receptores para el dolor
que otras partes del cuerpo. El motivo de ello parece
ser, precisamente, pro­teger al cerebro y a otras es­
tructuras faciales, como los ojos, los oídos, la nariz
o la boca. Las estructuras extracraneales sensibles
al dolor (piel, muco­sas, músculos, vasos sanguíneos
extracraneales y periostio) y las intracra­neales (du­
ramadre y vasos sanguíneos intracraneales) reciben
inervación del nervio trigé­mino (V par craneal) y fi­
bras procedentes de las dos primeras ramas cervica­
les. Además, las fibras parasimpáti­cas y simpáticas
también contribuyen a la inervación de las estruc­
turas intracraneales. El estímulo doloroso se trans­
mite hacia el núcleo espinal del trigémino a nivel
del tronco del encéfalo y, posteriormente, hacia el
tálamo y el córtex cerebral. La activación del reflejo
trigémino autonómico en el tronco encefálico facilita
la activación de las fibras parasimpáticas (que discu­
rren por el nervio facial o VII par craneal) que causan
la sintomatología au­tonómica de los pacientes (en­
rojecimiento conjuntival, lagrimeo, etc.).
Aunque no se conocen en detalle las causas de
la mi­graña, aproximadamente un 70% de las per­
sonas que la sufren tiene antecedentes familiares, lo
que habla a favor de una causa genética global del
trastorno. Además, existen algunas formas especí­
ficamente familiares de migraña (como la migraña
hemipléjica familiar).
Sobre esta predisposición general genética son
capaces de influir diversos factores desencadenan­
tes de las crisis, tanto de tipo interno (hormonales
y psicológicos, principalmente) como externos (am­
bientales y otros relacionados con el estilo de vida).
La
influencia hormonal
se relaciona sobre todo
con la fase de descenso de los niveles de estrógenos
durante el ciclo menstrual (previa a la menstruación);
por ello, muchas mujeres aquejadas de migraña du­
rante toda su vida fértil dejan de padecerla con el
advenimiento de la menopausia. En cuanto a los
factores psicológicos
potencialmente implicados y
susceptibles de actuar como elementos desencade­
nantes de una crisis de migraña, se ha identificado a
los estados de
estrés
y en particular a su cese, como
principal causa desencadenante; asimismo, una du­
ración anormal del sueño (tanto por exceso como
por defecto) se ha relacionado con el desencadena­
miento de las crisis.
Entre los
factores ambientales
relacionados
con la migraña se han citado más frecuentemente
a los cambios bruscos de la presión atmosférica, en
particular cuando ésta cae bruscamente antes de
una tormenta. Entre los factores relativos al estilo
de vida se deben citar a los
alimentos y bebidas
ricos en tiramina
(aguacate, caviar y sucedáneos,
chocolate, embutidos, extracto de levadura, habas,
hígado, higos secos, pescado seco y en escabeche,
plátanos, quesos curados y semicurados, café, cer­
veza, vinos rosados y tintos y, en particular, Jerez y
Chianti). Asimismo, el alcohol y la cafeína (en canti­
dades elevadas) pueden actuar por sí mismos como
desencadenantes. Por último, algunos
fármacos
han sido relacionados con el desencadenamiento de
crisis de migraña, en particular los
vasodilatadores
.
La evolución de una crisis migrañosa sigue una
com­pleja serie de acontecimientos que comienzan
por una activación de un
generador central
, si­
tuado en el rafe dorsal del tronco encefálico o en
el núcleo caudal del trigémino, de forma contrala­
teral al lado en el que se localiza el dolor, activado
por óxido nítrico (NO). A continuación, se produce
una estimulación del sistema trigeminovascular,
originando vasodilata­ción meníngea, que a su vez
produce, por un lado, la activación de las terminales
nerviosas sensoriales trige­minales, que transmiten
impulsos dolorosos al
núcleo caudalis
del tronco en­
cefálico, mientras que por otro da lugar a una libera­
ción de péptidos vasoactivos, que producen vasodila­
tación e inflamación neurogénica, entre los que cabe
citar al
pép­tido regulador del gen de la calcitonina
(CGRP) y al
péptido intestinal vasoactivo
(VIP).
Posteriormente, se produce una especie de relevo
o estación intermedia de los impulsos dolorosos,
entre los nervios sensoriales periféricos activados
y las neu­ronas sensoriales de segundo orden en el
complejo trigeminocervical, con sensibilización e in­
tensificación del dolor migrañoso, mediante el cual
el ataque pro­gresa y aumenta la sensibilidad para la
convergencia de estímulos extracraneales (piel, órga­
nos sensoriales), produciéndose un estado final de
hiperexcitación.
El
aura
de la migraña se produce por la dismi­
nución en la actividad de las neuronas de diferentes
La tiramina es un precursor fisiológico de la noradrenalina
y además, por sí misma, tiene potentes efectos vasoactivos.
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