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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
medinas
, polipéptidos que se producen en el
hígado y otros tejidos en respuesta a la GH, con
efectos semejantes a los de la insulina, por lo
que se denominan también
factores de cre-
cimiento tipo insulina
(IGF), entre las que a
más importante es la
somatomedina
C
(IGF-I).
Los pigmeos, así como los raros enanismos tipo
Laron, no producen IGF-I, por lo que tienen baja
estatura a pesar de presentar unos niveles nor-
males de GH.
La GH estimula el
crecimiento
del esque-
leto y de casi todos los tejidos por medio de
la IGF-I, aumentando tanto el número como el
tamaño de las células. Incrementa la longitud
de los huesos largos al actuar sobre los cartíla-
gos de conjunción situados entre las epífisis y
la diáfisis, donde provoca un mayor depósito de
proteínas, incorporación de grupos sulfato en
los proteoglicanos, incorporación de timidina
en el ADN condrocítico y conversión de prolina
en hidroxiprolina en el colágeno; además, la GH
convierte los condrocitos en células osteogéni-
cas y estimula la actividad de los osteoblastos,
con depósito de hueso nuevo. Este proceso se
mantiene mientras los cartílagos siguen “abier-
tos” y termina cuando se osifican, algo después
de la pubertad.
La GH ejerce importantes
efectos metabóli-
cos
. En concfreto, estimula la síntesis proteica
en
casi todos los tejidos; aumenta el transporte de
aminoácidos al interior celular, así como la trans-
cripción del ADN y la traducción del ARN a pro-
teínas; además, inhibe la degradación proteica,
lo que se traduce en un balance nitrogenado
positivo, con disminución de los niveles plasmá-
ticos de aminoácidos y de la excreción urinaria
de urea. También provoca un balance positivo de
fósforo, calcio, potasio y magnesio.
En cuanto al
metabolismo de los hidratos
de carbono
, la administración de GH produce
una caída inicial y transitoria de la glicemia; sin
embargo, su presencia prolongada y a dosis ele-
vadas induce resistencia a la insulina, con lo que
disminuye la captación y utilización de glucosa
por los tejidos y aumenta la producción hepática
de glucosa; ello no suele provocar hiperglicemia,
porque el páncreas segrega más insulina, que lo
compensa; sin embargo, el exceso crónico de GH
puede provocar un agotamiento del páncreas y
dar lugar a una diabetes permanente.
Por último, la GH ejerce un
efecto lipolítico
,
favoreciendo la utilización de los lípidos como
fuente de energía, en lugar de los hidratos de
carbono o las proteínas; induce la liberación de
ácidos grasos del tejido adiposo, con lo que au-
menta su concentración en plasma y su oxida-
ción en todos los tejidos. Estos efectos antilipo-
génicos y lipolíticos son más pronunciados en los
depósitos grasos intraabdominales, lo que hace
de ella una hormona que impide este tipo de
acumulación de grasa. La GH induce la rotura
de triglicéridos en glicerol y ácidos grasos libres,
que sirven de sustratos para la gluconeogénesis.
También estimula la oxidación de ácidos grasos
en lugar de hidratos de carbono o proteínas,
efecto que es más importante en periodos de
ayuno. Todos estos efectos permiten una mayor
disponibilidad energética necesaria para la sínte-
sis proteica y el crecimiento.
También el metabolismo es capaz de actuar
sobre la secreción de somatotropina. Por ejem-
plo, la elevación de la glucemia determina una
inhibición de la secreción de somatropina, mien-
tras que la disminución de la glucemia, sobre
todo a nivel de las células nerviosas, determina
un incremento en su secreción. Igualmente, la
modificación de los niveles de ácidos grasos li-
bres tiene también un efecto importante sobre
la secreción de somatropina, en la misma forma
y manera que en el caso de la glucemia. Por su
parte, aunque no todos los aminoácidos son ca-
paces de modular la secreción de somatropina,
hay algunos, como la arginina o la ornitina, que
son potentes estimuladores. La arginina actúa
como sustrato para la producción de óxido ní-
trico (NO) mediante la acción de la
NO sintasa
.
El NO parece actuar estimulando la secreción de
somatropina.
La GH juega un papel importante en numero-
sos órganos y sistemas, ejerciendo efectos que
superan la antigua creencia de su exclusivo rol
como inductora del crecimiento somático. En
concreto, ejerce efectos importantes sobre el
sistema inmunitario, la hematopoyesis, el SNC,
el corazón y el sistema vascular. El eje somato-
tropo (GHRH
GH
IGF-I) parece ejercer efec-
tos tróficos sobre el timo y sobre los ganglios
linfáticos. Además, se sabe que el IGF-I regula
la diferenciación, proliferación y función de los
linfocitos, así como el tamaño de los órganos lin-
foides. Sobre las células hematopoyéticas, la GH
ejerce acciones mitogénicas, actuando como un
factor de crecimiento y diferenciación. Además,
ejerce efectos importantes sobre el SNC.
Hay receptores para GH en neuronas y hay
producción cerebral de IGF-I en respuesta a la
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