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Pliegos de Rebotica
2019
Así año tras año. Los palacetes se multiplicaban en
San Sebastián.Ya no bastaba con hospedarse en el
mejor hotel o alquilar una villa. Había que epatar y
comprar palacios. María Buschental, la gran
anfitriona de Madrid, adquirió en propiedad uno de
los palacios más espectaculares de la ciudad,
Villa
Almudena
. En 1912 se creó el Balneario, de los más
bellos del mundo. En 1917 la atracción principal
estaba en los conciertos y festivales musicales. Sin
olvidar la temporada teatral con la compañía de
Ernesto Vilches.
En los meses de verano se incrementaba hasta un
45% el número de habitantes gracias a la
población flotante. No solo de personas ilustres,
sino de gente que se podía permitir el lujo de
veranear hospedándose en Casa Bartolo, Hotel la
Paz y la más popular Casa de viajeros de la Viuda
de Ubarrechena en la calle de Loyola, cercana a la
playa la Concha.
La vida veraniega en Biarritz era la alternativa a
San Sebastian desde que la Emperatriz Eugenia se
construyó allí un lujoso palacio que luego sería el
Hotel Palais. Innumerables villas con propietarios
ilustres.
Trois–Fontaine
de los condes de Viñaza.
Villa Roya
de los barones de la Torre.
Ángelus
de la
duquesa de la Torre.
Geranius
de los condes de
San Félix. La colonia española aumentaba cada
año. En agosto de 1920 estaban los duques de
Híjar, los condes de Torrejón. En el hotel Carlton
se hospedaban los señores Vázquez de Zafra. En
El Continental la marquesa viuda de Feria, los
condes de Sierrabella y la condesa de Valmaseda.
En el Regina la marquesa de Castañiza y los
condes de Agrela. En el Bains Salins la condesa
viuda de Catres y los condes de Peralta. En el
Palais el marqués de Campo Florido.
Las casas de Moda francesa que no tenían
presencia en Madrid, la tenían en Biarritz. Como
es el caso de Jeanne Lanvin quien instaló su Salón
en el Meering`s Cotage. En sus escaparates
relucían sus creaciones en satén negro, el tisú de
plata cubierto de gasa, túnicas bordadas con
hileras de perlas. Todo ello a disposición de las
aristócratas españolas que vaciaban sus estantes
para estrenarlo todo en Madrid en otoño e
invierno.
Los veraneantes que llegaron en junio, siguen en
julio y agosto. Los condes de Romanones
continúan obsequiando a sus amigos en
Villa
Bearn
. Los Santos Guzmán en
Villa Carina
. Los
Santos Suárez recibían en
Villa Graville
, una de las
residencias más lujosas del lugar, con un parque
frondoso donde pacen vacas en medio del
arbolado y una cancha de tenis como no hay
otra. Los hoteles y villas siguen repletas. Casinos,
teatros…y la última novedad:
La Reserve
, una
especie de merendero distinguido en donde las
botellas de champagne cuestan 100 francos y las
veladas son amenizadas por un jazz–band.
Cuando cierran los Casinos, se puede ir a
la
Reserve
hasta altas horas de la madrugada.
Aristocrático pero con un toque canalla. Todo un
éxito, con gente que llega de San Juan de Luz, de
Hendaya, de Zarauz.
En septiembre siguen en San Sebastián.Ya habrá
tiempo de volver a Madrid. De momento a
disfrutar del Club Naútico, Club de tenis, Real
Aeroclub, Club de golf y Tiro de Pichón. La
temporada de ópera empieza con gran brillantez,
al igual que las compañías de comedias. Octubre
se queda para los bailes privados como los
celebrados por los señores Olozábal en la
Villa
Sanchís
, con jazz.band como exige la juventud.
Cenas privadas con baile en
Villa Bolaños
. En el
castillo de Arcangues propiedad de los marqueses
del mismo nombre, sirven cenas a las dos de la
madrugada seguidas de baile.
A primeros de octubre los reyes ponen rumbo a
Madrid y tras ellos, poco a poco, el resto de la
Corte. Los hoteles organizan cenas de despedida.
LOS BOTICARIOS