Revista Farmacéuticos - Nº 134 - Julio/Agosto 2018 - page 28

las instrucciones de seguridad; había oído tantos
que el contenido le resbalaba un poco.
–Buenos días, señores pasajeros, les habla la
sobrecargo. En nombre del capitán Suárez
Quintana y de toda la tripulación les doy la
bienvenida a este vuelo de la compañía Iberia con
destino a Estocolmo…
No pudo escuchó más. La alarma cruzó por su
cerebro a la velocidad del rayo. ¿Estocolmo?
¿Cómo Estocolmo? Pero si yo voy a Barcelona…
–Perdonen, ¿han oído lo que ha dicho la azafata?
–se dirigió mucho más que inquieta a sus
compañeros de fila.
I’m so sorry.We don’t understand Spanish
respondió con suma cortesía su acompañante
más cercano.
Un torbellino de maldiciones se agolpó en su
cabeza mientras se preguntaba cómo demonios
había podido cometer el error de acceder a un
avión con un destino completamente diferente al
suyo. La secuencia de pensamientos corría
desbocada hilvanando la multiplicidad de ideas
que se cruzaban, pero no veía soluciones claras y
mucho menos inmediatas. Imaginó que
inevitablemente llegaría tarde a la reunión. ¿Qué
tarde? Es que no voy a llegar ni por casualidad,
calculó de inmediato. Este trayecto se lleva
cuatro horas como poco, y cuando llegué, ¿qué
hago?, ¿habrá algún vuelo directo Barcelona?;
además, ¿cómo voy a justificar semejante
despiste?; y si no lo entiendo yo, ¿cómo lo van a
comprender Colin e Isabelle?; qué desastre; y
encima voy a fastidiar la reunión, lo que es una
faena para todos.Y, además, ¿qué hago yo en
Estocolmo con esta ropa y estos cándidos
zapatitos de verano?; no llevo nada para el frío y
tampoco voy a comprar algo para unas horas,
sería del género estúpido…
Pasado el frenesí del primer impulso, se dejó
llevar por su
entrenada
capacidad de
búsqueda de
recursos y trató
de simplificar la
situación a
parámetros
prácticos. Con
seguridad que
tendré que quedarme unas horas en el
aeropuerto porque no habrá ninguna
combinación de vuelta que me valga… Incluso
puede que en pleno junio no consiga vuelo para
hoy…Y si fuera así, tendré que alojarme allí… e
igual necesito improvisar ropa de abrigo para
pasar el día.Y, la verdad que…, bien mirado, no
conozco Estocolmo. Si al final es inevitable, lo
lógico sería aprovecharlo. Por supuesto que no
me importaría nada dar una vuelta por el centro
histórico o el Canal Real. Sí, tendría que
justificarlo todo, incluidos los gastos… Pero, qué
demonios, ya estaba bien de cumplir a rajatabla y
recibir a cambio felicitaciones huecas y estúpidas
palmaditas en la espalda. Sí, amiga Jeanne, claro
que tenías razón:
nobody is perfect
.Y yo, menos
que nadie; ni soy perfecta, ni lo quiero ser.
Aunque mentalmente adaptada a la reconversión
personal que las circunstancias acababan de
forzar, trató de llamar la atención de la primera
azafata que pasó cerca.
–Perdone, ¿han dicho que este vuelo va a
Estocolmo? –inquirió, conscientemente ansiosa
por escuchar la ya esperada respuesta positiva.
–Sí, pero hacemos escala en Barcelona –
respondió la mujer uniformada con total
amabilidad, y un tanto sorprendida al observar
que la expresión casi risueña de la viajera que se
había dirigido a ella mutaba instantáneamente a
otra de intensa decepción.
–Ya… Es una lástima.
–¿Cómo dice?
–Que es una lástima que este vuelo sea tan
corto y dejen ustedes el desayuno para el
siguiente –terminó por justificarse la pasajera.
28
Pliegos de Rebotica
2018
1...,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27 29,30,31,32,33,34,35,36,37,38,...52
Powered by FlippingBook