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Pliegos de Rebotica
´2016
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LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
Querido Alberto Cortez, son tus versos, es tu
voz, pero sobre todo es como lo dices, como
vuelcas tu alma en las palabras. Si las mías,
pudieran trasladarte la felicidad que nos has dado
generosamente, en tu maravilloso recital, te
inundarían ese “rincón del alma” con el amor,
cariño y fuerza para que sigas con el ejemplo de
enseñarnos, que aunque tus piernas estén
rebeldes a ponerse en pie, tu voluntad, tu voz y tu
corazón llegaron hasta el cielo esa tarde. Que te
hemos visto como siempre no, mejor que nunca.
Sigues siendo el “hombre grandullón” lleno de
delicadeza –sin sacar rentabilidad con ideas
políticas– con versos impecables, propios de un
gran profesional.
Puede que haya gente que no te conozca porque
son muy jóvenes o no tuvieron esa suerte aún,
pero yo les animo a que escuchen tus canciones y
aprendan lo que es componer. Que aunque los
años pasen, lo bueno, seguirá siendo siempre
bueno. Que componer no es coger una guitarra y
decir cosas con mucho ruido. Que para comunicar
con el público, tienes que escribir buenas letras,
componer buena música y saberlo decir,
armonizándolo dentro del corazón.Y eso lo has
hecho con ese regalo de recital que nos has
ofrecido. Has comunicado, has transmitido.Tenemos
actualmente, gente joven y mayores, que son
grandes, y no quiero mencionar a ninguno porque
seguro olvidaría por despiste, a profesionales que
son dignos de todo respeto como compositores y
también tenemos la suerte de disfrutarlos, pero es
tan difícil escuchar a un poeta con letras tan de la
calle, contando las cualidades de su perro
“
Callejero
”, de contarnos y cantarnos esa sencilla
declaración de amor : “
te llegará una rosa cada día
que libre entre los dos esa distancia, será tu silente
compañía, cuando te duela la nostalgia… compañera
total del alma mía, propietaria de toda la ternura
” , o
“
te sigo queriendo como el primer día con esta alegría
con que voy viviendo
”. Envías un mensaje claro de
cómo decir “te quiero”, sin que nos cueste trabajo,
sin que parezca una debilidad, sino una necesidad y
una forma de amar sin dobleces.
Si algún día tengo la suerte de poder saludarte en
persona, te repetiré, una de tus canciones: “
Que
suerte has tenido de nacer
” para poder llenarnos
de emociones y sentimientos, porque no habrá
otra voz ni otro aliento como el tuyo y he sido
testigo, que los que estábamos allí, teníamos los
ojos refugiados en lagrimas de afecto hacia tu
persona, cuando nos despediste con palabras de
gran significado:
“
Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que
no lo puede llenar la llegada de otro amigo… Cuando
un amigo se va, se queda un árbol caído, que ya no
vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido…
”
Si, querido amigo, ese es el final de todos
nosotros, será nuestra última mudanza, pero
recordemos, que hasta en los espacios vacios hay
categorías. Gracias por compartir lágrimas
contigo. Nos veremos aquí o en la eternidad
porque yo buscaré de nuevo tu voz, y ese verso
con el que te conocí hace mucho tiempo, con el
que te has definido como poeta y como ser
humano, y del que reflejo un pequeño fragmento:
Qué bonito oírte decir:“Soy un hombre feliz en el
escenario y creo que eso se nota. Salgo a cantar al
escenario como si fuera el patio de mi casa y tuviera
a mi madre, a mis tías, sentadas al sol de la tarde,
escuchando mis canciones. Me siento realizado con
la música, por eso sigo cantando, porque no tengo
otro remedio”… Fijaros si cada uno de nosotros
nos sintiéramos realizados con nuestro trabajo,
porque no tenemos otro remedio. ¿Sabéis lo que
supone?, ¿A ti te ha tocado esa lotería? Bueno, de
momento me dirijo a Alberto, y a él, le digo
¡Felicidades!, y un abrazo.
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Más allá de cualquier ideología
Más allá de lo sabio y lo profano
Soy parte del espacio, soy la vida
Por el hecho de ser un ser humano.
Yo soy el constructor de mis virtudes,
Como lo soy a la vez de mis defectos.
Torrente inagotable de inquietudes
Genial contradicción de lo perfecto.
Por mi se hace polémica la duda
Quién soy? A donde voy? De donde vengo?
Através de los tiempos tan aguda
Que por ella renazco y me sostengo.
Que vale más, inquietud de mi existencia,
Cuando llegue el final y quede inerte,
Si el arte, por fijar mi trascendencia,
O el eterno misterio de la muerte.
Por todo,
Más allá de cualquier ideología,
Más allá de lo sabio y lo profano,
Soy parte del espacio, soy la vida,
Por el hecho de ser un ser humano
(AlbertoCortez)
