Revista Farmacéuticos - Nº 125 - Abril-Junio 2016 - page 46

Tiempo naufragado
Antología poética
Karl Lubomirski
Editorial Salto de página
Madrid 2015
205 páginas
P
rimera obra compacta publicada en castellano del
poeta austriaco Karl Lubomirski, nacido en Hall,
en el Tirol en 1939 y residente en la actualidad en
Italia. Este
Tiempo naufragado
contiene
para los que nos
sentimos más cerca del atardecer que del alba
un juicio y
una protesta rigurosa contra los desastres provocados
por el hombre en el siglo XX. Lo formula un escritor
que entendió su vida destinada a la paz pero que al fi-
nal considera fracasado su empeño. Un hombre que es-
cribe lo que ambiciona: “Abrazar a un anciano, encen-
der una luz en su mirada como se encienden velas en
los altares, nada más.”
La muestra es una densa antología dividida en siete sec-
ciones, con los textos presentados en el alemán original
y en el español de los traductores Eulalio Gómez e Izas-
kun Gracia. Como en otras propuestas de poesía con-
temporánea, faltan casi todos los signos de puntuación,
que cada lector debe añadir con su propio criterio.
Lubomirski escribe con delicadeza, subraya algunos as-
pectos sin llegar al énfasis. Propone una oscuridad que
no denota pesimismo. No desea que el lector se vea pri-
vado de lo esencial. Un poema declarará que para que
podamos distinguir lo eterno de lo efímero es necesa-
rio que lo sagrado no nos abandone y otro, tituladoVar-
sovia, recuperará la imagen del sacrificio de Isaac y del
zarzal más vacío. Todos los poemas aquí recogidos se
alejan de la retórica, son breves, son fogonazos como
dirá el prologuista Eustaquio Barjau, pensamientos que
se le ocurrieron al poeta y que este apuntó en su cua-
derno de notas.
Viaje al levante almeriense
La Axarquía, otras
poesibilidad
José González Núñez
Edición conjunta de Kos y Arráez editores
Almería 2016
206 páginas
E
l peregrino en su patria, el viajero en su provincia. De
un libro de viajes nos ocupamos, no de una guía prác-
tica o un trabajo enciclopédico sobre el este de la pro-
vincia de Almería.
Cuenta tu aldea y contarás el mundo
, cuen-
ta tu viaje y cantarás todos los viajes. Si Marco Polo quería
viajar para descubrir maravillas, González Núñez lo hace pa-
ra contemplar las cosas interiores y ver los paisajes con de-
tenimiento. También lo hace, me parece a mí, para ejercitar
la amistad. Después nos explicará el diario consuelo que re-
cibe cada mañana al escuchar el primer aleteo de los pája-
ros o el jadear de los barcos cuando cruzan la luz en la al-
baquira del día.
Pienso que esta vez el autor se da la mano con los otros
grandes viajeros de la literatura: Unamuno en su
Por tierras
de Portugal y España
, Cela con su
Viaje a la Alcarria
, Juan Goy-
tisolo, naturalmente, con sus
Campos de Níjar
tan próximos
aquí y cuyos habitantes pudieron transmutar el secano en
huerta, aunque fuera bajo cobertores de plástico. Tantos
otros escritores que como el nuestro subordinaron la in-
formación a la jerarquía de lo subjetivo. Y hay apenas un
breve lamento por un relato que no tuvo lugar: el ansiado
viaje a las Indias de Cervantes.
Domingo Leiva acompaña al viajero con su fotografía que
no es complementaria sino consustancial al texto y el for-
mato apaisado del libro, de 29 por 24 cm, invita a disfru-
tar a lectores, viajeros y contempladores. Así, a la mane-
ra de un haiku, escribe José González Núñez sobre su
tierra:
Digo tu nombre y en seguida me habita la grandeza
de lo sencillo.
LIBROS
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