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stoy en un teatro escribiendo a oscuras
mis primeras notas. Necesito contaros la
experiencia de esta tarde, de este recital.
Finales de abril del 2016.
“
En un rincón del alma, donde tengo la pena
que me dejo tu adiós
”.Así nos recibes,
Alberto
Cort ez
, con este poema interpretado y creado por
ti, con un saber decir, inimitable, modulando las
palabras, respetando las cadencias.
José Alberto García Gallo, es tu verdadero nombre,
pero todos te conocemos por tu nombre artístico,
Alberto Cortez, el de un gran compositor, cantante
y poeta ¡Qué suerte compartir esos 120 minutos
en los que no necesitabas ni agua para envolvernos
con la nitidez de tu voz. Da igual sentado que de
pie, nos gusta tu canción, lo que llevas dentro, y eso
es lo que demostraste con creces. No todos los
artistas pueden conseguir lo que tú has conseguido
y lo que Madrid te ha agradecido con sus aplausos
y su cariño. ¡Bravo, bravísimo Alberto! Sé que es
difícil llegar a ti, porque no estoy en tu entorno de
amigos cercanos, y por tanto no puedo decírtelo
de viva voz, pero estoy en ese otro entorno
silencioso de amigos, que ha escuchado tu obra
desde hace años, y agradece siempre tu verso
sencillo, lleno de matices, creatividad y fantasía, que
tanta falta hace en cualquier época de la vida y más
en tiempos de crisis. Así que te dedico mi reflexión
de hoy, dentro de mis “caminos colaterales del
corazón” que da título a mis escritos desde hace
años, dentro de una revista de farmacéuticos,
médicos y otros científicos escritores,
Pliegos de
rebotica
de AEFLA. Sabes que la ciencia y el arte en
todos sus campos tienen una unión especial, y hoy
quiero dedicarte un pequeño y humilde homenaje,
porque has supuesto en la vida de muchas gentes,
que pudieran hacer caminos colaterales de
superación, de alegría, de esperanza en momentos
importantes y difíciles. Eso
quizá no lo imaginas, pero es
así, y deseo para ti mucha más
vida y salud para contagiarnos
de tanta riqueza espiritual.Te
puedo contar como anécdota
que hubo mucha gente que
tuvo que subir tres pisos, sin
ascensor, con esfuerzo, pero
con mucha ilusión para poder
disfrutarte. Una llamada de
atención a ese teatro que no estuvo a la altura de
las necesidades de los espectadores ni a la altura
de un gran artista llamado Alberto Cortez.
Escuchar “
El abuelo un día…
”, “
Eran tres
” (Pablo
Neruda, Pablo Picasso, Pablo Casals) ,“
La nana de la
cebolla
”, fue una autentica terapia musical y poética.
Todos nos identificamos con el pobre loco que
“
construyó castillos en el aire… que quiso volar igual
que las gaviotas…
” y te acompañamos cantando y
dando palmas siguiendo tus indicaciones del ritmo.
Y también nos animamos a cantar contigo “
no soy
de aquí, ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir y ser
feliz es mi color de identidad
”. Porque en ese
momento, sofronizados por tu verso, nos hemos
identificado de no ser de ningún sitio, salvo tener
ese color de identidad que da la felicidad. Todos la
queremos, la buscamos y necesitamos decirlo.
Todavía recuerdo el lujo de escucharte este tema
con otro talento como era Facundo Cabral.
“
A partir de mañana
”, “
mi árbol y yo
”, “
Las palmeras
”,
“
Aquella novia primera
”, fuiste desgranando con el
sonido de un piano y las manos de un maestro, al
que felicito y a la vez pido disculpas por no
recordar su nombre. Excelente su actuación.
Y llegó un momento mágico “
Los ejes de mi carreta
”
Recordé, mi trabajo en Paris, y cómo aprovechaba
los minutos libres que me dejaba el Instituto
Pasteur para escuchar cantar este tema, a Atahualpa
Yupanqui, sentada en el suelo del auditorio, y
esperando pacientemente hasta conseguir que me
firmara el disco al finalizar el acto..
“
A mis amigos les daré yo la ternura, las palabras de
aliento y el abrazo, el compartir con todos ellos la
factura que nos presenta la vida paso a paso
”…Tus
verdades son tan ciertas y llevan tanta poesía, que
lo de las facturas de la vida
nos hace asimilarlas con más
tranquilidad. Porque la vida, a
ti, te ha pasado una factura
cara, pero también has tenido
facturas gozosas, has dado
amor a mucha gente que ni
conoces, y la vida te va
devolviendo lo que tu
sembraste, como puedes
comprobar.
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Aurora Sánchez Sousa
Pliegos de Rebotica
´2016
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En un rincón del alma
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN