Revista Farmacéuticos - Nº 121 - Abril-Junio 2015 - page 14

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Pliegos de Rebotica
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musulmán libre. Me explico. Si un moro libre
cometía un robo, era ahorcado por ello, pero si
el culpable era un cautivo, “solamente” se le
cortaba un pie. Parte de su responsabilidad era
de su dueño, quien no le había adiestrado
correctamente, y en ese caso, a éste se le
impondría alguna multa de orden pecuniario.
En resumen, entre la población musulmana del
primer Madrid cristiano (finales del siglo XI-
comienzos del XII), había personal libre (los
mudéjares como tal), liberto y esclavo, aunque
no conocemos sus proporciones. Los
mudéjares son los verdaderos herederos de la
antigua población musulmana de Madrid, de
clase baja en su mayoría, y denominados en el
Fuero de 1202 como “moros horros”, libres,
bajo la directa protección del rey castellano,
como clase desfavorecida. Igual que los judíos.
Los cautivos habían sido reducidos a tan
lastimosa condición a consecuencia de las
algaradas llevadas a cabo por las milicias
concejiles madrileñas en tierra de moros, pues
no podemos olvidar que Madrid continuó
siendo durante el siglo XII tierra de frontera.
Algunos cautivos conseguían emanciparse y
como libertos continuaban unidos a sus
antiguos señores. La verdad es que no debió
existir demasiada diferencia entre mudéjares
libres y libertos, puesto que en el Fuero de
1202 aparece la figura del moro horro
dependiente de algún dueño cristiano. Si antes
pertenecían a la clientela de los magnates
mayritíes
, ahora pertenecían a los nuevos
dueños cristianos.
Durante el primer siglo de dominación
cristiana, los mudéjares no dieron muestra de
poseer ninguna organización interna que
cohesionase el grupo, del tipo de la
aljama
,
como posteriormente aparece en las fuentes.
Carecen de dirigentes y se encuentran
totalmente expuestos a las veleidades y
caprichos de los cristianos. Su situación es
delicada y precaria, como cuando los
musulmanes eran los dueños y señores de
Madrid, y ocurría al revés. Este grupo se
asentaba, como ya hemos dicho, en el cerro
de las Vistillas, en un núcleo conocido desde
el siglo XV como la “Morería Vieja”,
emplazamiento del antiguo arrabal islámico
habitado por gente de baja extracción social.
En período cristiano, a la discriminación
socioeconómica que arrastraban de antes, se
añade una nueva: la jurídica y religiosa,
consecuencia una de la otra. Es muy probable
que la presión social aumentase sobre este
grupo con la llegada de nuevos contingentes
de cristianos del norte, poco comprensivos
con la ancestral relación vecinal de mozárabes
y musulmanes. Hasta la conquista, rendición,
capitulación o lo que fuese, musulmanes y
cristianos de Madrid habían convivido como
vecinos, con los problemas y alegrías
subsiguientes. Pero los cristianos del norte no
fueron considerados vecinos en los primeros
tiempos, sino que portaban el rol de
conquistadores, con lo que la población
musulmana tuvo que adoptar un papel de
sumisión ante los repobladores cristianos,
extraños en sus costumbres a los ojos de los
musulmanes, pero también de los mozárabes
madrileños. Con el tiempo, la situación de la
población madrileña de origen musulmán
mejoró, apareciendo en las fuentes menciones
a cargos importantes municipales ocupados
por mudéjares, como el de alarife o maestro
albañil de obras. Hace su aparición el
concepto social y municipal de aljama como
comunidad mudéjar organizada, cuyos
representantes trataban directamente con las
autoridades del Concejo madrileño.
Alfonso VI
En este grabado de Filippo Pallota realizado en 1704 se observa la fachada
sur y la plaza del Alcázar, poco antes del incendio que asoló el palacio en la
Nochebuena de 1734.
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