E
E
n el Diccionario Heráldico y Nobiliario de
Fernando González-Doria vemos la si-
guiente definición: “Heráldica es la ciencia
que valiéndose de símbolos llamados re-
presentaciones, subdivididos en piezas y fi-
guras, sirve para componer, interpretar y diferenciar
las armerías”. O dicho de otra forma, es una cien-
cia auxiliar de la historia que estudia la composición
y significados de los escudos de armas o blasones.
Sin embargo el origen de esta denominación viene
de la figura del Heraldo, al ser ésta una de las fun-
ciones que les eran encomendadas a los que recibí-
an este nombre, y que estaban al servicio de los ofi-
ciales de los reyes, príncipes y magnates, como luego
veremos.
Algunos autores mantienen que la Heráldica no se
conocía en la antigüedad, aunque sí se sabe que los
guerreros en las contiendas usaban un escudo para
su defensa, que incluso podía ser de madera (ver
Fig.1), y en él dibujaban una serie de figuras, unas
veces animales feroces como el león, el oso o el
águila, y otras figuras quiméricas, con objeto de in-
timidar y asustar al enemigo, mostrando su agresi-
vidad. (ver Fig. 2)
No se puede afirmar que esto fuese Heráldica, en
los términos como ahora la conocemos, pero sí ase-
gurar que eran sus pro-
legómenos, sobre todo
teniendo en cuenta que
p a r a a l g u no s
tratadistas su
verdadero ori-
gen reside en
las Cruzadas,
donde los caba-
lleros estaban
obligados a lle-
var una indu-
mentaria y unos
escudos protec-
tores lo suficien-
temente caracterís-
t i c o s c omo p a r a
poder ser identificados
fácilmente en el campo
de batalla (ver Figs. 3 ),
y lo que es más im-
portante, distinguir
al jefe de las hues-
tes.
García Carraffa en su obra “Ciencia Heráldica o de
Blasón” señala: “Las armas o armerías fueron desde
sus orígenes y hasta el siglo X solamente jeroglífi-
cos, emblemas y caracteres personales y arbitrarios,
pero no señales de honor o de nobleza que tras-
cendiesen a la posteridad y pasaran de padres a hi-
jos”.
Se puede considerar el nacimiento de la Heráldica
como tal a comienzos del siglo XII, que es cuando
realmente comienza el uso espontáneo de los sím-
bolos y figuras esquematizadas, y de las que ya en-
contramos testimonios en sellos, sepulcros, telas,
documentos y todo tipo de objetos. Sin embargo,
será el siglo XIII su época de esplendor, tanto en su
aspecto social como en el formal, comenzándose a
extender también fuera del ámbito militar a la prác-
tica totalidad de los individuos, con independencia
de su condición social. Será también a partir de es-
te momento cuando las armas de los caballeros pa-
san a ser “hereditarias” o de linaje. Y ya en los si-
glos siguientes XIV y XV, se caracterizarían por la
aparición de los primeros tratados y textos sobre
Heráldica con sus reglas y leyes.
El Barón de Cobos de Belchite, coincidiendo con
otros tratadistas, afirma que: “Etimológicamente la
Heráldica es la ciencia de los heraldos”, por lo que
trataremos ahora de la definición de lo que enten-
demos por heraldo. En lenguaje vulgar encontramos
que significa “mensajero”.Ya Homero, en la I
l
iada, los
nombra en algunos
pasajes, y así lo ve-
mos en e l c a n t o
XVIII, “Fabricación
de armas”, donde
dice en su punto
primero: “Mientras
los teucros y los
aqueos combatían
c o n e l a r d o r d e
abrasadora llama, An-
tíloco, mensajero de
veloces pies, fue en bus-
ca de Aquiles”; más ade-
lante, en el punto 550, dice:
“debajo de una encina los he-
raldos preparaban para el banque-
te un corpulento buey
que habían matado”.
Homero los denomina
d i v i nos , i nv i o l ab l e s ,
Carmen López Cerezano
Orígenes de la heráldica
los heraldos
8
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Pliegos de Rebotica
´2015
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Fig. 1 Escudero reparando y pin-
tando un escudo de Madera.
Fig. 2 Representación de un
toro heráldico que por su
diseño carecterístico cumple
con las leyes de la plenitud.