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Pliegos de Rebotica
´2015
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Con el paso del tiempo irán surgiendo conflictos a
la hora de pretender usar las mismas armas, así co-
mo por la proliferación de los escudos, por lo que
fue necesario regular y ordenar su uso. Los reyes y
señores encargarán este cometido a los heraldos
que tienen a su servicio, y que ya se denominan “Re-
yes de Armas”.
A partir del siglo XIV la Heráldica sufre una gran
transformación, contribuyendo para ello el despla-
zamiento de los caballeros de los campos de bata-
lla, como también la desaparición de los torneos y
justas, que llegarían a ser condenados por la Iglesia,
prohibiendo incluso enterrar en sagrado a los caba-
lleros que morían a causa de ellos. Algunas justas al-
canzaron gran notoriedad, como la que tuvo lugar
en París en 1186 en la que perdió la vida Godofre-
do Plantagenet, hijo de Enrique II de Inglaterra.
Los caballeros ya no precisan escudos identificati-
vos, como se ha dicho, al ser desplazados del cam-
po de batalla con motivo de los nuevos métodos de
hacer la guerra, como la aparición de los arqueros,
ballesteros e incluso, más adelante, las primeras ar-
mas de fuego. Por tanto, el primitivo escudo pasa de
identificar al caballero en la contienda, a ser el so-
porte donde se representan historias de alianza con
otros linajes, así como distintivo de nobleza y ador-
no de palacios, fortalezas y casonas. El artista que
configura estos escudos va a dar rienda suelta a su
fantasía y ya no respetará rígidamente las normas
establecidas, entre ellas la de la plenitud (la figura
debe ocupar todo el campo del escudo sin rozar los
bordes), simetría, armonía, etcétera. A partir de en-
tonces, por lo contrario, la tendencia será que cuán-
tos más cuarteles y más recargado el escudo, me-
jor.
Y para terminar, ya que el tema por su complejidad
e interés puede hacerse demasiado extenso, solo
destacar, a modo de epílogo, que si la heráldica tu-
vo su época de esplendor en el siglo XV, en el mo-
mento actual, y desde hace años, cada vez despier-
ta más interés y curiosidad en nuestra sociedad,
pues no deja de ser una rama de la Historia que
permanece viva para nuestro deleite y el de futuras
generaciones.
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BIBLIOGRAFÍA
-ATIENZA, Julio de, Barón de Cobos de Belchite:
Nobiliario Español. Editorial Aguilar, Madrid 1959.
-GARCÍA CARRAFA, Alberto y Arturo: Diccionario
Heráldico y Genealógico.
Madrid, 1923.
-GONZÁLEZ-DORIA, Fernando:
Diccionario Heráldico y
Nobiliario. Edit. Bitácora,
Madrid 1994.
-MESSÍA DE LA CERDA Y PITA,
Luís F.: Heráldica Española: El
Diseño Heráldico. Edimat
Libros, Madrid 1998.
-HOMERO: La Iliada. Colección
Austral, 1985.
-RODRÍGUEZ DE MARIBONA Y
DÁVILA, Manuel: Genealogía,
Heráldica y Nobleza en
el Principado de
Asturias.
Academia
Asturiana de
Heráldica y
Genealogía,
Madrid 2013.
Fig. 5 Exposición de escudos, cascos y cimeras antes de cele-
brar unas justas (Año 1483)
Fig. 6 Caballero armado y preparado para intervenir
en un torneo
