Revista Farmacéuticos - Nº 120 - Enero/Marzo 2015 - page 20

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Pliegos de Rebotica
´2015
Salamanca): "La
biblioteca de San
Isidoro es una de
las más importantes
de la Edad Media,
aunque hoy resulta
imposible
representarnos su
disposición material
y externa. La
tradición manuscrita
nos ha conservado
los
Versus Isidori
, que
figuraban sobre los
anaqueles y
armarios, o
pintados en la pared
de aquella biblioteca.
(...).
Los Versus isidori
abarcan 27
Tituli,
según la edición de
Beeson (autor alemán que en 1913 realizó un
exhaustivo estudio). De ellos quince se refieren
a la biblioteca, tres a la farmacia de casa, seis a
la droguería y tres al escritorio. En total 104
versos, agrupados en el sistema dístico de
hexámetro y pentámetro". Como muestra, la
que se expone a continuación, respetando la
estructura compositiva de la publicación del
autor:
La farmacia de casa
XVI
Cosmas. Damianus. Hippocrates. Gallienus
Quos claros orbe celebrat medicina magistros,
Hos praesens pictos signat image viros.
XVII
Sunt medico dona quamdiu quisque laborat;
Aeger iam surgit: nulla lagoena venit.
Quod debes medico redde, aeger, ne mala rursus
Ocurrant: currit denuo nemo tibit.
Un bellísimo y hermoso canto dedicado a los
pioneros y precursores de la Medicina clásica.Y,
a continuación, una escueta muestra de algunos
de los remedios curativos extraídos de la madre
naturaleza:
XXI
Unguenti genera dum sint gratissima plura,
Nil nardo et stacte suavins esse potest.
Para Isidoro las artes curativas ofrecen tres
grados: 1) la dieta, cumplimiento de ley y de
vida, siguiendo un régimen adecuado; 2)
farmacia, curación con medicinas; y 3) cirugía,
cortadura con instrumentos elaborados con
hierro, "porque aquellas enfermedades que no
obedecen a las medicinas se cortan con el
hierro". En diversos párrafos del libro IV de las
Etimologías
expone y describe el Doctor
Hispaniae
muchos remedios curativos (farmacia)
de la época y sus formas de administración: los
antídotos, el trocisco, el colirio, la cataplasma, el
electuario, el emplasto, la catártica o purgante,
la triaca (antídoto del veneno de serpiente), etc.
Interesante, sin duda, es hacer también una
breve referencia a la
Regula Monachorum
de
Isidoro, para conventos de monjes, toda vez, que
en ella se encuentra su preocupación por la
cura y alivio de los enfermos. El sabio redactor
de la regla monástica señala que el monje
responsable de los menesteres sanitarios debía
estar adornado de unas aptitudes especiales de
preparación, entrega, abnegación y
responsabilidad. Asimismo, establece que los
monasterios tenían que disponer de un espacio
adecuado para el cuidado de los que sufren de
enfermedad (¡la enfermería!). Bonita tarea
dictada por el erudito científico que va más allá
de la mera teoría.
Por cierto, en las
Etimologías
(libro VI)
recomienda que el
scriptorium
debía estar
revestido de mármol verde, porque "el
demasiado fulgor (dorado o plateado) cansa la
vista y el verde del mármol eubeo la alivia".
¿Origen remotísimo de la vestimenta verde
hospitalaria?
El equilibrio vital se puede conseguir mediante
la aplicación de los remedios
ex similibus
o bien
ex contrariis
.Y, en este sentido, nos ilustra, para
terminar este comentario sobre la medicina y la
farmacia, según el santo y sabio Doctor
hispalense, con la siguiente oportuna y bella
reflexión médico-farmacéutica, plena también de
mensaje humano: "La más antigua medicina era
a base de hierbas y de jugo, y de este modo
comenzó el uso de los medicamentos
contrarios: curación de lo frío por lo caliente y
de lo seco por lo húmedo, como el hombre no
puede sanar la soberbia sino se cura por la
humildad".
Miniatura de Las Etimologías / Siglo IX
/ Biblioteca del Real Monasterio de
San Lorenzo de El Escorial
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