Revista Farmacéuticos - Nº 120 - Enero/Marzo 2015 - page 12

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no de los sentimientos más
primitivos, pero también más
distinguidos entre las emociones
humanas es aquel que nos induce
a inmortalizar el recuerdo y las
virtudes de nuestros seres queridos cuando ya
han atravesado la laguna Estigia en el barco de
Caronte.
Los grandes temas como laVida, la Muerte, la
Inmortalidad, el Amor, los dioses, el tiempo, la
fama o la rueda de la Fortuna han generado desde
los primeros tiempos de la humanidad
expresiones artísticas, literarias o arquitectónicas
en forma de danzas, poemas, pinturas, epitafios
lapidarios, dólmenes, esculturas, pirámides,
monolitos, panteones, museos y mausoleos que
buscan la exaltación y alabanzas de personalidades
concretas, notables o ilustres.
En España tenemos un panegírico famoso y
referente universal del dolor de un hijo por la
muerte de su padre; que es ni más ni menos
“La Coplas a la muerte de mi Padre” de Jorge
Manrique. El llanto y la lamentación inundan el
duelo por la pérdida de un padre respetado,
admirado, ilustre, noble y poderoso. Sus versos
son una magnífica exhortación sobre la
mortalidad y la brevedad de la vida; otros
versos van dedicados a ensalzar la bondad y
las virtudes de su padre, incluyendo sentencias
que siguen vigentes
per secula seculorum:
Recuerde el alma dormida
Avive el seso y despierte
Contemplando
Cómo se pasa la vida
Cómo se viene la muerte
Tan callando;
Cuan presto se va el placer
Como después de acordado
Da dolor
Cómo a nuestro parecer
Cualquier tiempo pasado
Fue mejor.
Pero no menos impresionante es el excelente
soneto que Lope de Vega escribe a la muerte
de su hijo:
¿Parca, tan de improviso airada y fuerte
siegas la vega donde fui nacido
con la guadaña de tu fiero olvido,
que en seco polvo nuestra flor convierte?
¿Ni vale el nombre ni el valor se advierte?
Cárcel de enfermedad no ha precedido,
ni información de haberla merecido,
y, ¿sin proceso le condenas, Muerte?
Oh tribunal, a donde no hay reparo,
¿en un hora del mundo se destierra
a quién Félix nació, sin que lo fuese?
Más justo fue, que siendo sol tan claro,
se pusiese al ocaso de la tierra,
y al oriente del cielo amaneciese.
Manuela Plasencia Cano
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Pliegos de Rebotica
´2015
Staglieno:
esculturas
vivas para los muertos
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