Revista Farmacéuticos - Nº 115 - Octubre-Diciembre 2014 - page 39

C
on la llegada del otoño se da por finalizada, al
menos en Madrid, la temporada taurina de este 2013, y
los toreros se preparan cargados de ilusiones para hacer,
como vulgarmente se conoce, “Las Américas”
Han sucedido muchas cosas; y todavía resuena la
triste supresión, un año ya, de las corridas de toros en
Cataluña, ataque frontal a la libertad movida no por la
fiesta en sí sino por la irracionalidad de un,
injustificable, fanatismo cuyo móvil impulsor es el odio
a España, fanatismo que no solo prohíbe las corridas de
toros sino también que se exhiba, en una exposición de
obras fotográficas, una fotografía en la que aparece un
torero, Juan José Padilla, vestido de luces.
El otro lado plausible es la tramitación en el
Parlamento de la ILP que conllevará la declaración y
reconocimiento de la tauromaquia, o fiesta de los toros,
como patrimonio cultural.
En la parte meramente artística podemos aseverar
que ha habido de todo, como “en botica” permitidme la
licencia.
Pero a pesar de todo tal vez hemos de convenir que
hoy la fiesta no está en sus mejores momentos, el
público no asiste a las plazas y conviene recordar lo que
Ortega y Gasset, al ser preguntado por José María de
Cossío si se toreaba mejor antes que ahora, respondió:
Ahora no se torea: Hoy se hace estilo, y como el
artista oculta la falta de densidad humana con el
artificio los toreros de hoy ocultan en el estilismo la
ausencia de arte …hoy no hay quites. El torero busca
en esa suerte su lucimiento y huye de un peligro que
hay que afrontar de cara, y arrastrando al toro a
punta de capote. Hoy se torea de lado, dando al toro
el costado y no el pecho. Antes desafiaba el lidiador
al toro con la capa fruncida sobre el pecho, y al abrir
esa capa era ya una escena varonil de garbo y drama.
Antes los toros eran mansos y bravos y el torero tenía
que vencer las dificultades de una lucha a muerte.
Hoy todos los toros son bravos y la selección crea un
tipo de toro uniforme. La fiesta era entonces gallarda,
impetuosa, áspera y frenética. Hoy es nada más que
monótona y pulida, y tiene el tedio de todo lo
primoroso.
Tanta frescura y actualidad tienen las palabras del
gran pensador que demuestran la
evidencia de coincidencia de la
problemática de ayer y de hoy. El
toro ha de ser, incuestionablemente,
el eje fundamental sobre el que ha
de girar el espectáculo taurino.
Hay que poner en valor la
importancia de los tercios, hoy, la
suerte de varas es casi una reliquia
del pasado, a los toros no se les pica
para ahormarlos sino masacrarlos,
en cuanto tienen un poco de fuerza y no en el morrillo,
sino trasero para casi inutilizarlo muchas veces, y
justificar así que no valía para ser lidiado y no que no
sabía lidiarle, no hay casi quites para probarlo y mucho
menos piques… se quiere el toro artista, de carril y
hasta aborregado, sin apenas dificultad, para dar
cincuenta pases sin emoción. y los toros sin emoción,
sin riesgo no tienen sentido. Prueba de lo antedicho es
la emoción que hizo vibrar a los aficionados, el pasado
1 de junio en Las Ventas, cuando “Tito” Sandoval,
varilarguero de la cuadrilla del matador Javier Castaño
ejecutó una inolvidable suerte de varas, seguida de un
emocionante tercio de banderillas en la que los
rehileteros Fernando Sánchez y David Adalid clavaron
en la cara del astado saliendo del embroque
airosamente, y a la brega Marcos Galán haciendo una
exquisita lidia, con los lances justos marcaron un antes
y un después, su actuación les permitió dar la vuelta al
ruedo antes de la muerte del toro, hecho casi único pero
emocionante y dinamizador, más de 23000 personas
emocionadas, entre las que me encontraba, fundidas en
un sonoro aplauso, puestas en pie al grito de –
torero,
torero, torero
, ¡así se hace afición! y se explica nuestra
Fiesta.
No olvidemos que los toros son magia y que la
liturgia ha de desempeñar un importantísimo papel en el
desarrollo del espectáculo.
Sin embargo hemos de convenir que la fiesta está en
crisis, crisis como la de la propia sociedad,
económica…. de valores, luchas por el poder, grupos y
grupúsculos en un monopolio dominante, taurinos,
antitaurinos y lo que en mi modesta opinión califico de
pastueños o acomodaticios, ¡que son los peores!, y es
necesario buscar fórmulas alternativas. Tal vez aprender
haciendo.
Sin duda es necesario romper, o modificar,
estructuras obsoletas y caminar en la dirección marcada;
a nuevos tiempos, nuevas respuestas; nunca ha de
buscarse una justificación en la que los únicos
responsables del fracaso, o ausencia de un éxito total,
sean los ganaderos, los toreros, la administración, o
incluso los aficionados… si no aprendemos, no
superamos las pruebas, no somos capaces de hacer una
reflexión seria y nos desanimamos ¿algo
de culpabilidad tendremos que asumir?
Y es que es así y en un momento
problemático debemos todos aunar
esfuerzos y voluntades en pro de
nuestras propuestas: caminar juntos aún
desde las discrepancias.
El ayer como recuerdo del pasado y
esperanza de futuro. Curiosamente hoy,
16 de octubre, se conmemora el
centenario de la alternativa, en Madrid,
P
de Rebotica
LIEGOS
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DESDE EL CALLEJÓN
Cabría reflexionar de lo que ha sido
no solo en la Capital sino en los demás lugares
de nuestra querida España
Rosa Basante
GOYA. Lance de capa en un encierro.
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