Pliegos de Rebotica - Nº 114 - julio/septiembre 2013 - page 31

M
e he
permitido empezar este
texto con una frase lapidaria
–obviamente irónica– de un
reconocido experto en
Economía, esa peculiar
forma de conocimiento de la
que casi todos hablamos y
escribimos, pero en la que
muy pocos puede decirse
que sean mínimamente
solventes. El problema
consiste en que
si la
economía fuera una ciencia
de laboratorio podríamos
resolver el problema
realizando experimentos
controlados
pero, como el propio Krugman
reconoce, no lo es; y así andamos usted y yo (y
varios miles de millones de personas más),
recibiendo más palos que una estera.
Ningún fenómeno de la realidad es sencillo, pese
a lo que digan los portaestandartes del
reduccionismo positivista. La vida existe,
precisamente, por la evolutiva complejidad de la
realidad, en la que todos sus elementos, desde el
pasado hasta el futuro, se encuentran
inevitablemente interaccionando entre sí. Quizá,
por ello, no debería extrañarnos que cualquier
desajuste acabe por producir repercusiones
importantes y, casi siempre, insospechadas, a lo
que habría que añadir la manifiesta
incompetencia de unos supuestos expertos
astronómicamente remunerados en organismos
internacionales tan costosos
como inútiles, la ilimitada
codicia de los que siempre caen de
pie… sobre cabezas ajenas y la
pasmosa connivencia de una
clase política universalmente
ordenada en una amañada
competición de
lobbies
.
¿Dónde y cuándo dejamos
aparcada la ética, que ahora no
sabemos ni de qué color es? Si
tiene un rato, le propongo que
nos dediquemos a reflexionar
sobre ello durante unos cuantos
párrafos, más que nada para
refrescar conceptos y usos, a
modo de conjuro invocatorio.
Escribía Kierkegaard que
lo ético es en cuanto
tal lo general y en cuanto general válido para
todos
. Es lo válido en todo momento. Es decir, la
ética es algo universal a lo que todos tenemos
acceso, pero también algo que nos compromete y
frente a lo que no caben excusas:
la ética no
quiere cuentas con el azar, por eso no recurre a
él para explicar algo
2
. Invita a creer en
realidades y a tener el coraje de luchar contra
todas las dificultades que suscita la realidad.
La ética, por tanto, es exigente y no está al albur
de modas intelectuales ni compromisos
ad hoc
,
como la moral; de otra manera, se convertiría es
una herramienta más de explotación del hombre
por sus conveniencias y contra los demás.
Santiago Cuéllar
P
de Rebotica
LIEGOS
31
LA REALIDAD BAJO LA ALFOMBRA
Sobre el valor… o
cómo merendarse
la ética en un par de bocados
1
Paul Krugman.
Acabad ya con esta crisis
2
Soren Kierkegaard.
Temor y temblor
Los economistas saben
el precio de todo
y el valor de nada
1
.
Paul Krugman
Premio Nobel de Economía, 2008.
1...,21,22,23,24,25,26,27,28,29,30 32,33,34,35,36,37,38,39,40,41,...52
Powered by FlippingBook