E
La vida está llena de descuidos.
Hay descuidos que molestan,
destruyen, ofenden, perjudican,
hieren, o matan.
Los menos admisibles son los
descuidos “intencionados”.
l hábito de mirar al microscopio, acumulando a
la vez horas de silencio e investigación,
observando lo que en el idioma científico
llamamos “diferentes campos”, para encontrar
lo que conduce a poner nombre al
microorganismo, me ha llevado sin
proponérmelo, a observar organismos de mayor
tamaño, para entendernos, “humanos”, que en
ocasiones comparten trabajo, mesa o mantel
conmigo. Sus reacciones, sus palabras emitidas
u omitidas, sus descuidos…, posibilitan una
aproximación a su diagnostico humano.
Me resulta fácil desconectar del entorno, y
cuando me encuentro dentro de un grupo
numeroso, sobre todo si se trata de una comida
o cena, entre ruido de platos, copas, botellas de
vino consumidas, en fin, factores que favorecen
a que no se aprecie mi “ausencia participativa”,
me dedico a observar –que no cotillear-
intentando descifrar qué hay detrás de la
apariencia de las personas a un primer golpe de
vista. Confieso, que me aburren bastante las
opiniones “ex cátedra” muy frecuentes, o
palabras incontroladas en estas reuniones. Me
gusta comunicarme, pero no siempre es fácil,
con gentes, a veces muy diferentes.
No intento analizar la vestimenta
ni el peinado, pero sí la expresión
corporal, –los gestos, las
actitudes–, que por supuesto es
una forma interesante del lenguaje
no verbal. Algunas féminas se han
pasado meses pensando y
preparando el vestido para el
evento en que nos encontramos,
con el fin de destacar. Yo tengo que entonar un
“
mea culpa
” por ser la antítesis de ellas, tirando
de fondo de armario, tan solo dos días antes.
Me parecen demasiados minutos, para buscar
ropa, que al final, en el evento, nos hace
irreconocibles en muchas ocasiones. La vida es
corta, y siempre pienso en emplear mi tiempo
en seguir vistiendo sentimientos nuevos.
Sigamos con el análisis.
¡
Todo es cuestión
de
distancias
en los
humanos!...y las distancias tienen mucho que
ver con los
descuidos
. Los detalles generosos y
afables siempre acercan. Los descuidos siempre
alejan.
Hay descuidos que molestan, “manifestados
post mortem
”, por testamentos o herencias mal
repartidas, generando en los herederos, -por la
ambición de bienes o dinero-, una distancia que
separará a individuos de la misma sangre. “
No
te inquietes si un hombre se enriquece y
acrecienta la hacienda de su casa, pues nada
llevará cuando se muera, ni su hacienda irá
tras él
” (Salmo 48).
Hay cantidad de descuidos que
destruyen
la
confianza en otra persona por la mentira, bien
sea en el terreno laboral, amoroso o religioso.
El ejemplo nunca es aceptado del que no
P
de Rebotica
LIEGOS
22
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
Aurora Sánchez Sousa
Los descuidos
y las distancias
escopolamina
