núcleo rebelde, con una sagaz
orientación política y militar, el
principio de lo que luego con los
siglos se convirtió en una gran
nación. Las rivalidades entre los
partidos árabes y de estos con los
berberiscos que los odiaban por
dominadores, favoreció a los
cristianos de Asturias que lo
aprovecharon para en rápidas
correrías llegar hasta el valle del
Duero. El acierto del rey Alfonso
fue arrasar las tierras conquistadas
y llevarse a sus gentes al norte,
hacia su pequeño reino asturiano creando así un
desierto, una “zona de nadie” que fue la mejor
defensa. .
Con Alfonso II El Casto la pequeña monarquía
asturiana entra en contacto con los pueblos cristianos
de Europa al descubrirse en el lejano “Finis Térrea”,
en el campo llamado “Compostela”, las reliquias del
apóstol Santiago provocando un sin numero de
peregrinos e incorporándonos con este motivo a las
grandes corrientes culturales de Occidente.
Para los árabes España era el país de donde venían
los vándalos que invadieron en el siglo V el norte de
África y la denominaron Al-Andalus que quiere decir
“tierra de vándalos”.
Es en el reinado de Ramiro I donde la tradición
sitúa la batalla de Clavijo con la aparición de Santiago
y aquel famoso grito “¡
Santiago y cierra España
!” Y
fue también entonces la liberación de las cien
doncellas que los cristianos entregaban a los emires de
Córdoba en un vergonzoso tributo. En este tiempo los
normandos llegados por mar, saquearon Gijón y
desembarcando junto a la Torre de Hércules en La
Coruña. Ramiro envió un ejercito que hizo reembarcar
a los hombres del norte que según dicen dejaron
setenta naves incendiadas en las costas gallegas. Los
acontecimientos de la monarquía asturiana no se
conocen muy bien pero el reino debía tener una vida
muy activa. Se levantaron las iglesias de Santa María
del Naranco, San Miguel de Lillo y Santa Cristina de
Lena. Un prerrománico
increíblemente bello. La
arquitectura más avanzada de
Europa en aquellos momentos.
Ordoño I sucedió a su padre
en el 850 y constituye un hito en
la historia de la Reconquista.
Emprende la ofensiva creando un
gran peligro para el emirato
musulmán. No se conforma con
rápidas incursiones, aspira a
conquistas duraderas y siembra
de villas, castillos y monasterios
los territorios que va ganando con
las armas. Las crónicas dan el año
856 para la repoblación de León
destinado a ser la capital del reino
cristiano y el principio de la total
liberación de España
Su hijo Alfonso III a quien
la historia denomina “
el Magno
”,
su gran merito fue la política
peninsular, el saber dirigir en una
España desgarrada entre tantos
pueblos y razas, el enorme
movimiento de rebeldía de los
españoles ¡cristianos o
musulmanes! contra la oligarquía
árabe que entonces dominaba. En
sus incursiones llegó hasta el
mismo corazón del territorio
musulmán derrotando en Sierra Morena al ejército
árabe, volviendo luego a Oviedo sin ningún
contratiempo.
A los cristianos de Asturias se les fueron uniendo,
aragoneses, navarros, castellanos... gentes estas
últimas, batalladoras, emprendedoras. Tierras pobres
habitadas por una raza de espíritu belicoso, fuerte y
con mayor resistencia para el combate. Ya hacia el
siglo X los reyes empezaron a levantar castillos en los
puntos más conflictivos y el país pasó a llamarse
Castilla, sirviendo de escudo a los continuos ataques
del emirato de Córdoba. El peligro constante enseñó a
los castellanos a luchar por su cuenta prescindiendo de
la corte de León.
Cuando Abd al-Rahman III subió al trono,
reinaban en Castilla, León y Navarra otros caudillos
tan inquietos y ambiciosos como él: Fernán González,
Ordoño II y Sancho Garcés. Pero la fama de Abd al-
Rahman se extendió por todo el mundo, más que por
sus victorias o por sus acertadas medidas de gobierno,
por el esplendor del califato y de su capital Córdoba.
El dominio sobre la España musulmana le permitía
mantener la guerra santa contra los cristianos, pero no
como obligación piadosa ni siquiera como recurso
político, era una necesidad urgente de defenderse de la
creciente osadía de los caudillos del norte. Luchó toda
su vida contra los cristianos y no siempre le fue
propicia la suerte. Además los descendientes de los
árabes que habían conquistado España tenían una
posición excelente, se habían
mezclado con los cristianos y no
tenían ningún deseo de guerrear. Y
en cuanto a los españoles,
difícilmente sometidos, solo
aspiraban a trabajar en paz.
Pero en el 939 se registro
el mayor desastre sufrido por un
soberano cordobés y eso que el
propio Califa preparó con todo
cuidado la expedición para
someter definitivamente a los
cristianos del norte. El ejército tan
meticulosamente preparado recibió
el nombre de “
Poder Supremo
”.
La derrota fue también “suprema”.
El Califa tuvo que huir deprisa y
P
de Rebotica
LIEGOS
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RELATOS