Finalmente decidieron abandonar España y se
instalaron en Cuba. Seis años después fallece Enrique
Lluria de una septicemia fulminante, dejándola sin un
céntimo y enferma.Así estuvo dos años hasta que en
1928 y gracias a una colecta de 320 pesos en la que
participaron numerosos gallegos residentes en La
Habana, María regresó a España.
De vuelta en Madrid colaboró en revistas como Blanco
y Negro, impartía conferencias en entidades obreras y
se reintegró al Partido Socialista Español. Nunca dejó
de ser defensora de los derechos de la mujer.
Publicó sus Memorias por entregas en la revista
Crónica con la ayuda de la periodista Matilde Muñoz.
Pasó los últimos días de su vida en París durante la
ocupación alemana, malviviendo con sus
colaboraciones y traducciones.
Otra amiga de Emilia Pardo Bazán que consiguió
ser socia de número en el Ateneo de Madrid, 8.131
en 1906, es Gloria Collado condesa de Requena.
Hija de los opulentos marqueses de la Laguna, tuvo
una vida de película.
Gloria era musa literaria de una generación que
pretendía romper moldes. Contrajo matrimonio con
un aristócrata y se separaron al mes del enlace.
En Madrid sabe todo el mundo que es lesbiana. Gloria
ni se esconde, ni la esconden. Su familia y amistades de
la alta aristocracia cuentan con ella para cualquier
sarao. Su madre la luce en su palco del teatro Real y en
los paseos en carruaje por la Castellana.
A medianoche frecuenta los barrios menos
recomendables de Madrid. Protagoniza escándalos, de
los que siempre sale bien librada. De ella dijeron
grandes escritores frases como “ama con amores de
sultán”,“corazón fogoso de torero”,“fuma como un
chulo del Rastro”. Efectivamente fumaba
constantemente largos y finos cigarrillos turcos.
De ella escriben Alberto Insua, Colombine, Cansinos
Asséns, Juan José Soiza. Este último, periodista
argentino, opina de ella que es un anacronismo, que ha
tenido la desgracia de venir a la tierra demasiado tarde
o tal vez todo lo contrario. En su opinión “Su alma, con
alas de locura, con luz de ideas, con ardor de sol, con
taciturnidades de penumbra, contiene todos los deseos
que solo se permiten en la Biblia”.
Agrega este periodista que Gloria posee el espíritu
más casto y más iluminado que todas las mujeres,
sabiendo modelarse una moral diferente, suya. La hizo
una entrevista para la revista argentina Caras y
Caretas. Ella le recibió en el palacio de los Laguna.A la
pregunta de por qué se había casado y además una
boda de tanto relumbrón, ella contesta con sinceridad:
“Me casé porque no sabía qué hacer y también para
que mi novio me dejara en paz. Mi alma nunca ha
comprendido la obligación de las cadenas. Nos
separamos”.Así de simple.
Gloria fue inseparable de Emilia Pardo Bazán. De su
mano pudo disfrutar el derecho de ser incluida en la
lista de socios del Ateneo de Madrid. Cuando la
escritora fue elegida presidenta de la sección de
Literatura, Gloria Collado estaba en la candidatura para
ser secretaria de la misma sección. Pero no pudo ser.
Desde finales del siglo XIX, especialmente en el
periodo de entreguerras, el modelo de de mujer
perfecta casada y madre fue alejándose poco a
poco. Las habían ninguneado pero ahí estaban,
emancipadas, con mayor presencia en las aulas y
comenzando un movimiento feminista que
conquistaría nuevos derechos. Ente ellas María
Lejarraga que tuvo una vida ateneistas tardía.
Impartió conferencias en el Ateneo de Madrid
entre 1931 y 1933.
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Pliegos de Rebotica
2020
LOS BOTICARIOS
María de la O Lejárraga
María Lejárraga y su marido
en su casa de Madrid
