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Pliegos de Rebotica
2020
muebles estilo imperio en unas zonas, estilo oriental
o futurista en otras. Nos llama la atención una
especie de plaza, toda alicatada de azulejos y con
ambiente andaluz que nos resulta muy familiar.
Si miras por doquier, se ven bares, cafeterías,
tiendas, joyerías, guarderías, discotecas, salones, etc.
Cualquiera diría que estamos en una calle típica de
tiendas o paseando por un centro comercial. Solo si
racionalizas que estás dentro de un barco o miras
por el
ojo de buey
al exterior, eres consciente de
ello; no se aprecia ningún movimiento ni oscilación
que nos traslade a la realidad de alta mar.
Nos avisan del cursillo de seguridad obligatorio para
todos los pasajeros que han embarcado a las 17:30
horas mientras vamos recorriendo las 187 millas
náuticas que nos separan de Marsella, cruzando el
Golfo de León por la ruta 044 noroeste.
A las 19:00 horas hay clases de “Tarantela”. Unos
cuantos nos apuntamos a bailar, mientras otros se
fueron a una sesión de “megabingo”. Después de
cenar, nos dedicamos a recorrer todas las
dependencias del barco y tardamos más de una hora.
Segundo día
Dejamos a babor la Isla de Planier, y navegamos toda
la noche. Al amanecer entramos, con la ayuda del
piloto responsable de la maniobra de atraque, al
puerto de Marsella, perteneciente a la Provenza
francesa, en plena Costa Azul. El Mistral nos da la
bienvenida soplando desde el amanecer y
mostrándonos la luminosidad del paisaje; pero no
nos impide coger el autobús lanzadera que han
dispuesto para ir al puerto Viejo, la Vieille Charité
convertida ahora en Museo y la famosa Galería
Lafayette. Llama la atención la Catedral construida
con mármol de Carrara rosa y blanco, en el siglo
XIX al estilo bizantino, y la solera de las callejuelas
de esta antigua ciudad de abolengo comercial y
portuario consolidado. Por supuesto, compramos
“jabón de Marsella” en una tienda próxima a la gran
noria de
la gare
.
Al regresar al barco nos espera el “Strand Theatre”
con una función espectacular de malabaristas,
contorsionistas y artistas circenses, con trajes lujosos
y originales que me recuerdan al Circo del Sol.
La cena de rigor en el restaurante Villa Verde, y
luego, los trasnochadores se van al Karaoke y a la
fiesta de disfraces programada. Los madrugadores
nos vamos a la cama, después de un paseo nocturno
por la cubierta.
Tercer día
La distancia de Marsella a Génova es de 208 millas
náuticas y realizamos todo el trayecto por la noche,
cuando los pasajeros duermen.
Génova tiene mucho que ver y le dedicaremos todo
el día; pero antes de desembarcar nos indican que
toda la tripulación y pasajeros deben cumplir con un
simulacro de emergencia para garantizar la
seguridad del pasaje; todos con chaleco salvavidas y
buscando las salidas para evacuación inmediata.
Génova es el principal puerto comercial de Italia y
una ciudad monumental y palaciega. El Palazzo
Rosso de estilo barroco, contiene obras de Durero,
Van Dyck, Rubens y Veronés. La Piazza de Ferrari
con el Palazzo Ducale; la Piazza San Matteo; la Vía
XX Settembre, porticada y majestuosa, con
espléndidos edificios en estilo Liberty y la Catedral
de San Lorenzo que combina el románico, gótico y
renacentista de forma armónica. Nosotros no
queríamos perdernos la visita al cementerio
“Staglieno” famoso por sus esculturas, mientras
otros miembros del grupo se dirigieron al Acuario.
Por la tarde, ya de regreso al barco y extenuados
por la intensidad del recorrido, nos espera una
relajante sesión en el spa.
