Revista Farmacéuticos - Nº 130 - Julio/Septiembre 2017 - page 36

NUESTROS POETAS
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Pliegos de Rebotica
´2017
GRILLO ÚLTIMO
Como sastre minúsculo hilvanando paciente
con puntadas pequeñas y doradas el hilo
de su canto, ya solo bajo el cielo poniente,
el grillo canta y canta dulcemente tranquilo.
El cielo violeta ser afirma. Sobre el monte
tras la ermita va hinchándose la burbuja dorada
de la luna. La tarde atrás del horizonte
dilata su oro al filo de su línea mellada.
Ya sólo el cascabel delgado de este grillo
-como fuente agostada manando gota a gota-
queda de aquel racimo musical y sencillo
al cuello de las tardes estivales pendiente.
Desde el atril del cielo, mañana inútilmente
la luna dictará su blanca nota.
BIENANDANZA
Arrellanado o miserable
con el escozor delgado del bienestar,
latiendo entre cuero y surco,
voy avanzando, razonando
sin esa luciérnaga venida a menos
que en ocasiones proporciona
remembranzas.
Veremos algún día
el pedestal de Dios aureolado
de abejas y crepúsculos enanos.
ceniza del amor desatendido,
esa comparación o soliloquio,
prior de sal en la clausura lenta,
o casi albricias que asegura el otoño,
nos va a traer tu sinrazón, tu gesto
o el núbil y caliente desespero
de haber cazado renos con suspiros.
LA COSECHA
Acontece
porque el reloj se para cuando lo dejan solo;
porque el enterrador maltrata a los
murciélagos;
porque el pez más delgado sortea los
murmullos;
porque la sinfonía apesta a corazón.
Como un seno intangible, como una marihuela,
acaso como púrpura no besada por nadie,
o ese centauro triste del viento en el remanso,
vengo para deciros: malévolos o tímidos,
colegiales marchitos de la decencia pobre,
alfombrad con pacientes disimulos las horas;
y descargad cual ciervos momentáneos o rayos
la cólera brevísima que los cielos exportan.
Venid a coordinar simplísimas distancias,
a equivocar amantes barajando pasiones….
Yo sé, porque sesteo;
tú sabes, porque sufres;
él sabe por constante y aquel por desleal;
pero en las tardes frías, bajo guardacantones,
esconden los espías sus dijes misteriosos,
mientras la Primavera, lejanísima y dulce,
empaca entre murmullos la miel del bienestar.
Federico Muelas
DONDE PIDO UNA ROCA PARA
CESAR GONZALEZ RUANO
Por tus embajadas
y por tus cuartillas;
por lo que callabas
y lo que decías;
por tus frases gruesas,
por tus frases finas;
por tus rosas raras,
extrañas orquídeas……
(Carlos Baudelaire
te dio la semilla)
Por tus piedras contra
la tersa, tranquila
superficie de
la amplia charca pía,
yo pido en la Hoz
de Júcar la altiva
proa de una roca
de su crestería.
Y en ella un escudo:
El de tu sortija.
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