Revista Farmacéuticos - Nº 130 - Julio/Septiembre 2017 - page 32

Zuñiga Cerudo
, o al farmacólogo sevillano
Nicolas Monardes, contertulio del farmacéutico
Juan del Valle, con botica abierta en los cuatro
cantillos de “cal de la sierpe” a cargo de
Santiago Montoto
y, finalmente, hay un artículo
de Gregorio Escolar, secretario de la comisión de
Sevilla en la Asamblea, sobre el aspecto social de
la farmacia en el que no repara en alabanzas a
Franco:
“España en la actualidad tiene siempre el
aliento de nuestro invicto Caudillo, Franco Patrocina a
nuestra semana y Franco patrocinará a esa pléyade
de hombres científicos, muchos de ellos desconocidos
en sus modestas oficinas y laboratorios…”
y termina,
como no podría ser de otra forma:
“Lucharemos
siempre para ver a nuestra profesión
engrandecida y para que rinda a la
Patria el fruto de sus trabajos y el
esfuerzo de sus hijos y para que
todos unidos hagamos a esta
España, Una, Grande y Libre”
.
En cuanto a la información que
aparece en el monográfico de
ABC, destaca el contenido de las
sesiones científicas:“Los
farmacéuticos hispanos en
América y Oceanía; descripción
de algunos hongos de Galicia; las
sustituciones y falsificaciones en
farmacognosia; monografía de la
bellota dulce; los conceptos de
acidez y basicidad en distintos
medios; estudio analítico de la
sidra; medicamentos áuricos en
la tuberculosis y la Caja de
Socorro de los Farmacéuticos
titulares. La ciencia, como
vemos, sí ha adelantado desde
entonces…
Y como noticia destaca aparece: Un telegrama de
Fürer de los farmacéuticos alemanes:
“La cámara de farmacéuticos del Reich envía a la
Comisión organizadora de la Semana Farmacéutica
Nacional, para su primer Congreso, los más cordiales
saludos, deseándoles un total éxito. Expreso al mismo
tiempo mi más sincera amistad a todos sus colegas.
Firmado
Schmierer
.
Fürer de los farmacéuticos
del Reich”.
Independientemente de preguntarnos, a qué
fueron a Sevilla, todas aquellas gentes, aparte de
a comer y beber bien, con un significado muy
diferente del actual, ya que lo que no había
precisamente era comida y
bebida. Lo que se puede
destacar de aquella
efeméride, es el paradigma
del disimulo, manifestado en
sus escritos, algo que todavía
permanecería muchos años.
Yo supongo, que quienes
participaron en aquella
semana no tenían nada de
tontos, como bien se puede
deducir de sus negociaciones
a puerta cerrada en los
despachos, pero, ¡hay! de sus
manifestaciones por escrito.
El estilo literario de los
políticos del “régimen” es
cosa del pasado, pero
también tenía su gracia,
porque había que buscar
pistas entre sus silencios y
oscuridades, un juego
intelectual divertido, que
ahora nos sorprende.
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Pliegos de Rebotica
´2017
Libreta para tomar apuntes
entregada a los congresistas.
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