H
ace años, aproximadamente cuarenta, la vi por
primera vez sobre un escenario y me llamó la
atención su voz, su elegancia, su fuerza a la hora
de comunicar y transmitir. A primeros de
noviembre de este 2013 a punto de caducar, nos
reunimos seis amigas en una sala pequeña, en
Madrid centro - con un aire de intimidad que
resultaba acogedor -, para verla de nuevo. El
tiempo ha pasado y estábamos impacientes por su
nueva aparición, después de una ausencia del
escenario, marcada por la “partida” de un hijo en
plena juventud.
Solicitamos un refresco en espera
del comienzo del espectáculo,
mientras recordamos su
participación en 1979 en el festival
de Eurovisión con un segundo
puesto, que para nosotros siempre
fue merecedora de un primero.
Pero ya sabemos, que este tipo de
festivales sorprenden porque los
resultados, no siempre se corresponden con los
preferidos por el público que los sigue.
Se apagan las luces, se hace un silencio y allí está
ella, con la misma apariencia de siempre, con una
túnica que la caracteriza, y con esa voz cálida que
envuelve y emociona. Nos dice con su primera
interpretación “
hoy soy una más entre vosotros
”…
Voz potente, llena de matices, con ese sabor a
sentimiento profundo y unas manos elevándose
pausadas, para recoger la energía que le llega de
arriba. Así va desgranando un repertorio que
provoca en algunos, bajar los ojos varias veces por
no encontrarnos con los suyos humedecidos por
lágrimas de emoción, de felicidad, de saber que
alguien está más lejos que nosotros, pero que la
está escuchando. Interpreta “
piensa en mí”,
“ramito de violetas””tengo la piel cansada de la
tarde
”, entre otras, para terminar con un “
a mi
manera
” especial.
Es una magnífica artista, gran intérprete de boleros
que gana en la cercanía; pero tengo que decir que
yo la he escuchado cantar otros géneros que
siempre hace suyos, como aquel disco de sevillanas
que el gran maestro de periodistas, Carlos Herrera,
las definía como “perullanas”, por esa mezcla de
raíces de donde nació y donde ha vivido
prácticamente siempre. Al final de su actuación en
este noviembre y más tarde confirmado en internet,
se comunica que la cantante ha decidido despedirse
con su espectáculo "
Betty Missiego en Intimidad
”.
No es por enfermedad como ha podido interpretarse
por lo repentino, y pienso que tampoco es por haber
perdido facultades ya que la voz la tiene mejor que
nunca. Hay que respetar las decisiones, pero me
gustaría volver a recordar lo que escribí con
anterioridad sobre la edad, y la experiencia
acumulada por los años. Existen muchos ejemplos
de personas que han desempeñado misiones
importantes pasados los setenta, ochenta y hasta
noventa años en diferentes colectivos. Hay algunos
“entendidos” que hablan de nuevas generaciones
que llegan y desplazan y dejan obsoletos los estilos
de los mayores. Pero, ¿a las personas que siguen a
P
de Rebotica
LIEGOS
24
LOS CAMINOS COLATERALES DEL CORAZÓN
El arte
y la edad…
Aurora Sánchez Sousa
Betty Missiego,
hace 30 años y hoy
