Pliegos de Rebotica - Nº 114 - julio/septiembre 2013 - page 47

P
de Rebotica
LIEGOS
47
Nuestros Poetas
NUESTROS POETAS
Ángel del Valle
Ese azul cobalto
del mar de Mojácar,
que clava en el pecho,
como una saeta,
caminos de lunas;
ese mar cobalto
que me trae colores
de noble cerámica,
color de mi tierra.
Ese mar cobalto
azul de Mojácar,
suspiro de viento
y, en su ausencia, lágrimas.
El mar y tú
Por encima del sueño,
bajo los verdes brazos
de la esbelta palmera,
más azul que la blanca flor del cactus,
más gris que la radiante ceniza de tus ojos,
el mar, el mar, el mar
y el atractivo encanto de su incógnita.
En su horizonte, tú;
en sus abismos, tú;
en sus estrellas, tú.
Y en sus aguas, sin más,
siempre, nosotros...
La palmera abanica
-mientras rompe y decora el horizonte-
los besos que subimos a los vientos.
Tarde o mañana, el mar.
Tarde, noche y mañana, tú.
Por la ventana, niña,
por la ventana,
viene la buganvilla
tras de su malva
para buscarlo, niña,
junto a tu alma.
Al fondo, el mar
por la ventana
tu luz suplica.
Pero, si intacta
quieres quedarte,
quédate blanca,
flor de arco iris,
completa, exacta.
¡Ay, quién tuviera
pincel de plata….!
La buganvilla,
tras de su malva,
por la ventana, niña,
por la ventana…
Cigüeñas y gaviotas
Con los días azules de febrero
regresan las cigüeñas a sus nidos.
Señoriales, solemnes, sobrevuelan
de Talavera los tranquilos cielos:
silentes, elegantes,
en altas espadañas crotorean…
Sin embargo, en Mojácar,
es la reina del cielo la gaviota:
agresiva, traviesa y estridente
sólo se tranquiliza dejándose mecer
por las olas del mar
que la traen en bandeja
despensa y alimento.
Y ante ese mar radiante de Mojácar,
extendido a sus pies como alfombra de espumas,
el Tajo se convierte
en un rastro de envidia e impotencia.
¡Cigüeñas y gaviotas:
ballestas en el cielo;
Talavera y Mojácar
surcadas e indelebles.
Unidas os quedáis en mi memoria.
Mi corazón os graba en el recuerdo!.
Salutación
Buenos días, ¡oh, mar!, que bajo el cielo
gris ofreces fulgores de diamante,
alfombra derramada de luces y rumores.
Buenos días, montaña, retorcida y reseca,
que asciendes hasta el cielo
desde el pliegue barroco de tu entraña.
Buenos días, palmeras, buganvillas,
araucarias, naranjos,
hibiscus y magnolios y mimosas,
por levantar la vida sobre el suelo,
la vida verde que sostiene todo.
Buenos días, sonrisa.
Buenos días, palabra,
espuma del espíritu,
oleaje del hombre hacia la luz…
Grisazul
Están blancas las casas y verdes las palmeras
y vuelan asustados los pingües gorrïones.
Las nubes marchan grises hacia el Mediterráneo
y todo está en silencio de playas y medusas.
El blanco de Mojácar resalta en la montaña
como hostia perfecta en cáliz orogénico.
Pero el verso es azul, recién nacido,
y destaca en la curva perfecta y estable
de la tarde serena.
Un verso azul desde mi pluma negra
cargada con las lluvias de tardes invernales
de silencio, de tedio y de nostalgia.
Pero el verso está aquí - batanero de azules -,
y yo me voy volando en pos de las gaviotas…
1...,37,38,39,40,41,42,43,44,45,46 48,49,50,51,52
Powered by FlippingBook