Panorama Actual del Medicamento (PAM) - Nº 367 - Octubre 2013 - page 134

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Panorama Actual del Medicamento
ACTUALIDAD EN PRODUCTOS SANITARIOS
gación de notificarlo a las autoridades sanitarias de
la comunidad autónoma donde ejerza su práctica
clínica diaria, así como, a la Agencia Española de Me-
dicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
La AEMPS informará de tal hecho al fabricante del
producto afectado o a su representante autorizado,
y posteriormente informará a las autoridades sanita-
rias de las comunidades autónomas de las medidas
correctivas adoptadas o que correspondan adoptar
en relación con los incidentes notificados.
POSIBLES COMPLICACIONES DERIVADAS DE LA
IMPLANTACION DE UNA LENTE INTRAOCULAR
La implantación de cualquier LIO no está exenta
de riesgos, siendo la principal complicación poten-
cial, la endoftalmitis infecciosa postoperatoria
4
,
aunque presenta una baja incidencia, aproximada-
mente del 0,05 al 0,3% del total de intervenciones.
Destaca
Staphylococcus spp.
coagulasa
negativo, y
concretamente,
Staphylococcus
epidermidis,
como
el agente etiológico más frecuentemente implicado
en las endoftalmitis postoperatorias agudas y
Propio-
nibacterium acnes
, el responsable de la mayoría de
las endoftalmitis crónicas.
La endoftalmitis postoperatoria puede dar lugar
a disminución importante de la agudeza visual,
compromiso grave de la visión, hiperemia conjun-
tival, dolor ocular con intensa fotofobia, presencia
de material purulento en la cámara anterior ocular,
e incluso, desprendimiento de la retina, pérdida del
globo ocular, o ceguera secundaria, por lo que exige
un rápido diagnóstico con tratamiento inmediato.
La principal fuente de agentes patógenos proviene
de la propia flora bacteriana conjuntival y periocular
del paciente, por lo que se hacen necesarias ciertas
medidas profilácticas prequirúrgicas y periquirúrgicas
con el objetivo de disminuir la flora bacteriana exis-
tente en piel y mucosas conjuntivales, y por consi-
guiente, minimizar la aparición de esta complicación.
Entre dichas medidas se incluyen, la aplicación de po-
vidona yodada en concentración 5-10% en la super-
ficie de la región periorbitaria y en el fondo del saco
conjuntival, o la instilación de colirios de antibióticos,
tales como, ofloxacino, levofloxacino y ciprofloxa-
cino, fármacos que presentan una excelente pene-
trabilidad en el medio intraocular y por consiguiente
pueden alcanzar concentraciones significativas.
En el postoperatorio es común la administración
de antibióticos por vía tópica, intracamerular o sub-
conjuntival, habiéndose constatado la eficacia de la
utilización de cefuroxima tras finalizar la intervención
quirúrgica como medida preventiva.
En la actualidad, existen unas pautas consensua-
das para el abordaje terapéutico de las endoftalmitis
postoperatorias agudas. Generalmente, el trata-
miento se inicia con la administración de asociacio-
nes de antibióticos mediante inyección intraocular.
La asociación más indicada es vancomicina (1 mg/0,1
mL) y ceftazidima (2 mg/0,1 mL), ya que otras aso-
ciaciones, como por ejemplo con antibióticos amino-
glucósidos podrían inducir distinto grado de necrosis
en la retina cuando se utilizan en concentraciones
elevadas. Algunos clínicos indican, también, la utili-
zación de corticoides intravítreos, como la dexame-
tasona (0,4 mg/0,1 mL) o el acetato de triamcinolona
(2-4 mg/0,05-0,1 mL) con el objetivo de mitigar los
efectos mórbidos del proceso inflamatorio sobre las
estructuras intraoculares. El tratamiento coadyu-
vante vía oral con quinolonas de última generación,
como el ofloxacino (400 mg/12 h), puede contribuir
a mejorar la respuesta terapéutica, ya que este fár-
maco presenta un amplio espectro de cobertura y
es capaz de alcanzar concentraciones terapéuticas
significativas en el medio intraocular.
En el caso de las endoftalmitis postoperatorias
crónicas, para su abordaje terapéutico se reco-
mienda la utilización intravítrea de vancomicina (1
mg/0,1 mL), además de considerar la vitrectomía
con o sin retirada del implante intraocular. Ade-
más, algunos clínicos recomiendan la administra-
ción vía oral de claritromicina (500 mg/12 h), ya
que este macrólido presenta una elevada actividad
frente a gérmenes gram-positivos, buena penetra-
ción intraocular y puede adquirir concentraciones
intracelulares significativas en células fagocíticas. En
cualquier caso, la aparición de nuevas quinolonas
de última generación, tales como el moxifloxacino y
el gatifloxacino, que presentan mayor capacidad de
penetración en el medio intraocular y un espectro
antimicrobiano más amplio, hace que sean excelen-
tes candidatos para una asociación antibiótica de
mayor efectividad. Asimismo, puede considerarse el
empleo oral del linezolid (600 mg/12 h), ya que su
penetrabilidad ocular parece ser efectiva con muy
buena distribución en el medio intraocular, y por
tanto, permite alcanzar concentraciones terapéu-
ticas óptimas en el humor acuoso. No obstante,
entre sus efectos secundarios destacan las neuro-
patías ópticas.
Además, existen otras complicaciones directa-
mente relacionadas con la implantación de la LIO,
entre las que pueden citarse: efectos adversos de-
rivados de la utilización de anestésicos; daño en la
córnea o cristalino por posible inflamación, o incre-
mento de la tensión intraocular tras la introducción
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