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ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
Panorama Actual Med 2013; 37 (365): 673-677
Concepto
El
dolor
es una experiencia sensorial y emocio-
nal desagradable, que el sujeto asocia a una lesión
real o potencial de algún tejido”. Esta definición
indica que el dolor es una “sensación” compleja,
que tiene múltiples componentes: el
componente
sensorial/discriminativo
indica la localización, la ca-
lidad, la intensidad y las características físicas del
dolor. Un segundo
componente cognitivo/evalua-
dor
, mediante el cual el individuo le da significado
a la sensación dolorosa – desagrado, aflicción –
y, por último, un
componente afectivo/emocio-
nal
que refleja las consecuencias individuales del
dolor, como por ejemplo el temor a que éste sea
consecuencia de una enfermedad grave, la ame-
naza de que le impida realizar su trabajo, etc. En
esta definición destaca también la posibilidad de
que el dolor sea consecuencia de una lesión “po-
tencial” de algún tejido, es decir, que puede existir
dolor en ausencia de daño orgánico evidente. En
estos casos, en que se desconocen los mecanis-
mos que originan el dolor, se considera de origen
central o psicológico.
Según el mecanismo neurofisiológico subya-
cente, podemos hablar de
dolor nociceptivo
,
que se origina por activación o estimulación de
los nociceptores somáticos y viscerales, y de
dolor
no nociceptivo
, que puede originarse por lesión
nerviosa (
dolor neuropático
) o por mecanismos
psicológicos (
dolor psicógeno
) o de origen desco-
nocido.
Puesto que la mayor parte de los
dolores os-
teomusculares y articulares
son de carácter
nocicepivo, nos centraremos en este tipo dolor,
cuya misión principal consiste en ser un elemento
de defensa del organismo. La percepción de estos
estímulos
nocivos
es absolutamente indispensable
para la subsistencia, ya que la ausencia de ellos
impediría al cuerpo tomar ningún tipo de medida,
preventiva, paliativa o reconstructiva, frente a
cualquier agresión externa o trastorno interno.
Considerando su
duración
, el dolor puede ser
agudo
, lo que generalmente implica una señal de
alarma disparada por una lesión somática o vis-
ceral, que generalmente dura lo que la lesión. El
dolor crónico
es aquel que persiste mucho más
que el tiempo normal de curación previsto; es
decir, tras la resolución de la lesión causal. Suele
ser un síntoma de una enfermedad que perdura y
evoluciona, no habiéndose resuelto con los trata-
mientos efectuados cuando se tiene una expecta-
tiva de que esto ocurra. También se define como
el dolor que dura más de entre 3 y 6 meses, a
pesar de estar siendo tratado por procedimientos
adecuados.
El
dolor agudo
puede ser
somático
(super-
ficial o profundo) y
visceral
. El
superficial
, que
asienta sobre piel y mucosas, se localiza con pre-
cisión. El
dolor profundo
, de músculos, huesos,
articulaciones y ligamentos, es menos preciso y
produce reacciones de defensa. El
dolor visceral
es un dolor sordo, difuso y mal localizado, cuyo
punto de partida son las vísceras huecas o paren-
quimatosas, que generalmente es referido a un
área de la superficie corporal, siendo acompañado
frecuentemente por una intensa respuesta refleja
motora y autonómica.
En los músculos existe una gran cantidad de re-
ceptores nerviosos para el dolor. Por este motivo,
cualquier lesión, por pequeña que sea, suele ma-
nifestarse con la aparición de un dolor de carácter
agudo y de mayor o menor intensidad. Cuando se
supera la máxima tensión soportable por las es-
tructuras óseas, musculares, ligamentos o tendo-
nes tiene lugar lo que se conoce como un
macro-
trauma
. Estos suelen tener un carácter repentino
y son consecuencia generalmente de movimientos
muy violentos. Frente a ellos, los
microtraumas
consisten alteraciones microscópicas, normal-
mente consecuencia de una actividad deportiva o
laboral repetida a lo largo de un cierto período que
conllevan la aparición de
sobrecargas muscula-
res
y suficientemente intensos como para superar
Dolores osteomusculares y articulares agudos (I)