Revista Farmacéuticos - Nº 130 - Julio/Septiembre 2017 - page 18

18
Pliegos de Rebotica
´2017
L
L
a trascendencia de un
acto tan frecuente y
cotidiano para nosotros
hoy, como traducir un
libro a las diferentes
lenguas de los países más
desarrollados del momento, se
convirtió en los albores del siglo
XVI en toda una revolución que
sólo un personaje valiente,
emprendedor y clarividente como
el Cardenal Cisneros estaba
destinado a liderar.
Introducción
En pleno siglo XV muy pocas
personas, mayormente clérigos o
estudiantes, habían tenido en sus
manos un ejemplar de la biblia. En
primer lugar, porque la mayoría
de la población era analfabeta; en
segundo lugar, porque las Sagradas
Escrituras estaban escritas en hebreo y en griego,
lenguas poco habituales a no ser entre los más
eruditos; en tercer lugar, porque existían muy pocos
ejemplares y los documentos que circulaban eran
copias manuscritas o traducciones libres de fragmentos
más o menos amplios de la biblia, que la interpretaban
con bastantes errores en su contenido. Eran conocidas
como
Vetus latina
.
Ya se había introducido en España la imprenta con “El
Sinodal de Aguilafuente” el primer texto impreso en
1472 por encargo del Obispo de Segovia, Monseñor
Arias Dávila.Aquel año el Sínodo se convocó contando
con la presencia de los altos dignatarios políticos y
eclesiásticos del momento, y tenía un claro objetivo:
debatir y adoptar nuevas ordenanzas y disposiciones
que pusieran freno a los desmanes y malos hábitos que
se habían implantado en las iglesias de su demarcación.
Y nada más eficaz que la novedosa máquina de la
imprenta para propiciar su difusión entre los fieles.
Cuando se produjo este evento Cisneros ya tenía 37
años y era perfectamente consciente de la situación
religiosa y social del país desde su juventud.
La realidad era que las gentes del pueblo llano no
sabían leer y menos aún en latín, su conocimiento de la
biblia era oral, a través de los sermones y enseñanzas
de los párrocos, por lo que el conocimiento de los
textos sagrados estuvo reservado durante mucho
tiempo al clero regular y secular.
A pesar de ello, algunos dirigentes
religiosos estaban francamente
preocupados por el bajo nivel de
formación de los miembros de su
iglesia y por la laxitud moral que
dominaba casi todas las esferas
sociales; por ello, poco a poco se
fue conformando un movimiento
reformista del espíritu cristiano
desde dentro de la iglesia, y el
Cardenal Cisneros era uno de sus
más fervientes defensores. Con
esta inquietud reformista, en 1499
Cisneros fundó la Universidad de
Alcalá de Henares para que el
clero estudiara Filosofía,Teología,
Medicina y Derecho Canónigo
bajo la tutela de la Archidiócesis
de Toledo.
La Vulgata
San Jerónimo dio un primer paso traduciendo la
biblia al latín vulgar (no clásico) por deseo expreso
del Papa Dámaso I a finales del siglo IV.Tardó 22 años
en culminar su extraordinaria obra que, sin duda
alguna, supuso un avance importante en el
acercamiento de los textos para los teólogos y
hombres de la iglesia católica. Recibió el nombre de
“La Vulgata” y era la biblia más popular entre los
estudiantes y eruditos, aunque había muchas
discrepancias de interpretación y de aceptación del
texto traducido por San Jerónimo al latín. El filólogo
Antonio de Nebrija, que formaba parte del equipo
del Cardenal Cisneros, advirtió de muchos errores
que detectó en el texto latino, a pesar de que a nivel
oficial del papado en Roma la “Vulgata” era
absolutamente incontestable.
En la Edad Media, laVulgata sucumbió a los cambios
inevitables forjados por el error humano, por el
copiado incontable y repetitivo del texto con notas
marginales intercaladas, en los monasterios de toda
Europa. Las copias manuscritas no eran idénticas
aunque la fuente fuera la misma y esto contribuyó al
descrédito general de laVulgata a pesar de los intentos
por restaurar su aceptación. La llegada de la imprenta
redujo mucho los errores humanos y facilitó las
ediciones de ejemplares de laVulgata como “la Biblia de
Gutenberg” que fue publicada en 1455 con gran
esmero y belleza.
Manuela Plasencia Cano
La Biblia polÍglota
Complutense
Retrato del cardenal Francisco Jiménez de
Cisneros de Eugenio Cajés
1...,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17 19,20,21,22,23,24,25,26,27,28,...52
Powered by FlippingBook