Revista Farmacéuticos - Nº 124 - Enero/Marzo 2016 - page 46

Juventud todavía
Antonio Daganzo
Ediciones Vitruvio
Madrid 2015
62 páginas
S
in ser hermética, la poesía de Antonio Daganzo
no es sencilla de leer si no se conoce la trayec-
toria biográfica del autor o al menos la biogra-
fía trasmitida en sus libros anteriores. Produce felici-
dad en
Juventud todavía
descubrir algunas de esas
claves que deslumbran con su plasticidad y por las
que el autor navega con un sentido adecuado de la
discreción. El libro es ciertamente intimista pero las
cámaras interiores son cuidadosamente preservadas
al amparo de la sugerencia.
Juventud ya sin tiempo y todavía, de un poeta que va
a cumplir los cuarenta años y que habiendo sido pro-
bado en el crisol de la desdicha no quiere quejarse
en su escritura ni entonar algún lamento de corte
elegiaco. Prefiere agradecer el apoyo de los amigos
en poemas como
las hogueras
o el refugio en la lec-
tura y en la escritura, que se declara en
frustrados fu-
nerales
y que le permitieron levantarse y alcanzar una
victoria inesperada.
La forma, amparada en el verso libre, es elegante y
la escritura densa. La disemia obra su riqueza para
duplicar significados en algunos finales, como cuando
Daganzo escribe “sin el sediento filo de intuir/ que
mereció más calma nuestra vela” o en otro momen-
to, infiltrado en el poema que da título al libro: “aun-
que el mundo nos crea el más triste holocausto”.
Mensaje de altura que permanece arraigado en una
suerte de inocencia no perdida.Tesón y paciencia pa-
ra poder decirnos que el niño se construyó su para-
íso a pesar de todo y que camina erguido por la vi-
da que le toca.
Corazón ardido
María José Mielgo
Ediciones Carena
Barcelona 2014
102 páginas
C
orazón ardido
muestra una poesía de las emociones has-
ta cierto punto sencilla, pues se atiene al mensaje cla-
ro antes que a una búsqueda alambicada de las sorpre-
sas o a alguna distorsión del lenguaje. El libro es en sí mismo
una antología de una escritora que ya ha adquirido la madu-
rez suficiente para abordarla. Al contenido se le añade una
docena de poemas inéditos y una corona de siete sonetos.
El tema eterno del amor está presente y es predominante
aunque no exclusivo. María José se aproxima a cualquier ex-
periencia humana que sea relevante y le hace ocupar senci-
llamente su sitio en la escritura.
Por esa razón aparece un ramillete de personajes reales y de
poemas introspectivos. Conocerse en profundidad y dar fe de
vida concreta son las apetencias del corazón ardiente. Otro
de los asuntos tratados es el del tiempo, como un escenario
para nuestro mundo sórdido. Ese tiempo que huye, pero que
también es consistente mientras pasa. Puede que el tiempo
sea aparentemente oro pero lo que no sabemos es si es oro
todo lo que reluce.
Shakespeare, de quien este año se cumple el 400 aniversario
de su muerte, escribió: “yo malgasté mi tiempo y ahora el
tiempo me malgasta a mí”. Mielgo lo dice con sus propias ra-
zones:
Y mientras cae la lluvia, caen las hojas, cae la niebla, el re-
loj sigue su curso y nuestras vidas siguen cayendo.
Conocí a María José Mielgo con motivo de su presentación
en el Hogar de Ávila en Madrid. Su cercanía le hizo ganarse
en seguida al auditorio. Acompañaba su lectura con una voz
cálida y una declamación de rapsoda experimentada. No en
vano mantiene una sección poética en una emisora radiofó-
nica de su Vizcaya natal.
LIBROS
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