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nada interviene la femoral, la tragedia se apodera de la
plaza, cara y cruz de la tauromaquia, vida y muerte en
el ruedo. En la enfermería el equipo de García Padrós
“Los ángeles custodios” de los matadores, le atienden
con gran pericia y salvan su vida, al igual que la de los
demás compañeros de terna.
En el segundo de la tarde,
Fetén
un toro castaño salpi-
cado de la ganadería de “Los Chopes” Giménez For-
tes, tras brindárselo al “Cordobés”, comienza a lidiarlo
siendo cogido hasta tres veces, la última al entrar a ma-
tar, en este toro también Antonio Nazaré sufrió una es-
pectacular y fuerte voltereta al hacerle un quite. Por lo
antedicho el festejo hubo de ser suspendido, hecho a
reseñar puesto que en los 68 años de historia de la Fe-
ria de San Isidro tan solo se suspendieron dos festejos,
por cogidas de los matadores, ambos con tan solo dos
días de diferencia, en el año 1979 y no en el segundo
toro sino en el cuarto y tercero de la lidia.
El esperado regreso de Mihura a las Ventas no defrau-
dó, bien presentados y con codicia dieron buen juego,
si el Presidente no hubiera echado al corral al 5º de la
tarde hubiera sido, tal vez, la corrida de la Feria y aun
así Zahonero, lidiado por Javier Castaño y su espléndi-
da cuadrilla, fue considerado, para la mayoría de los ju-
rados, el mejor toro de la misma.
El miércoles 4 de junio se celebró la tradicional “Co-
rrida de la Prensa”. En el cartel se anunciaban seis to-
ros de Alcurrucen para ser lidiados por los diestros: Ju-
lián López “El Juli”, Iván Fandiño y Alejandro Talavante.
Fue una de las tardes en que se colgó el cartel de “ no
hay billetes”. Días antes S.M. El Rey había comunicado
su deseo de abdicar, noticia que nos sorprendió, pero
D. Juan Carlos fiel a sus compromisos y amante de la
tauromaquia acudió, como había hecho en otras tantas
ocasiones, a la Monumental de las Ventas para presidir
el que sería su último festejo cómo Jefe de Estado, lo
que los aficionados agradecimos de corazón recibién-
dole, cuando al apareció en el Palco Real, puestos en
pie con una larga, sentida, cerrada y calurosa ovación.
En mi retina se quedaron grabadas estas imágenes, me
alegro de haber sido testigo ocular de un hecho histó-
rico y de la emotividad del mismo. Como amante de la
Fiesta, Gracias Señor por su apoyo, incondicional, al ar-
te de tauromaquia, Dios le dé larga vida y estoy segu-
ra de que seguirá presidiéndonos y honrándonos con
su presencia, en el convencimiento de que Majestad,
evocando a Cervantes,
donde usted esté estará la Presi-
dencia
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DESDE EL CALLEJON
Javier Castaño
