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icen que solo nos vamos cuando dejan de recor-
darnos, y seguramente es así, pero cuando se de-
jan innumerables amigos la situación cambia. Por
ello, porque Juan Pedro Iturralde era muy querido por to-
dos, tuvo lugar el pasado 11 de febrero de 2013 en el im-
ponente salón
de ac t os de
COFARES, un
acto luminoso:
la presentación
del libro
Luna
creciente
que
con tanta ilu-
sión había pre-
parado hasta
poco antes de
fallecer.
Como to-
dos sabemos,
Juan Pedro era
el entregado Se-
cretario de AE-
FLA. Así pues,
la relación con
l a me s a que
presentaba el
libro era diaria
y casi fraternal.
Nuestro presi-
dente, José Fé-
lix Olalla, cre-
yó conveniente
hacer de este
evento un ho-
mena j e a un
amigo, amigo
de t odos l os
que hablaron y
de los muchos
que no lo hici-
mos, donde no
cupiesen nada
má s que l a s
buenas semillas; así, alabó su laboriosidad en el trabajo y
en la Asociación, la entrega a su familia y a su gran afi-
ción: la historia medieval española en general y de al-An-
dalus, en particular, plasmada en varios libros como las
Perlas silenses
o sus
80 recetas glosadas para guisar con
guasa y matar la gusa con gozo
y ahora en
Luna crecien-
te
publicado en la colección Pharma-ki de AEFLA.
Beatriz Artalejo, presidente de AEFI, está convencida
de que solo llegaremos a valorar adecuadamente la figu-
ra de Juan Pedro con el tiempo, y es entonces cuando nos
daremos cuenta realmente de su generosidad, capacidad
de trabajo y optimismo. De su labor en el campo de la
historia dan cuenta varios artículos y libros. Por todo ello
AEFI se enorgullece de nombrarle Asociado de Honor y
de entregarle a su mujer la insignia que lo simboliza.
Pepe Vélez fue el antecesor de Juan Pedro en la Se-
cretaría de AEFLA y desde entonces se ocupa de la difí-
cil labor de coordinar Pharma-ki. Psor todo ello y por su
amistad también hablaba desde el corazón, aunque inten-
tó evitarlo leyendo un acta interna antigua, de hacía me-
dio año, en la que se proponía la publicación del libro de
historia no novelada
Luna Creciente
y se establecía el cro-
nograma de las distintas actividades de edición. En aquel
mes de junio se desconocía que los siguientes meses se-
rían difíciles y, no obstante, el calendario se cumplió en
todos sus puntos gracias a la impecable labor de todos y
a la gran ilusión de Juan Pedro, que contribuyó con su
parte como uno más. La presentación del libro estaba pre-
vista para febrero.
En nombre del Consejo General de Colegios de Far-
macéuticos habló Ana Aliaga. Ana estaba unida a Juan
Pedro no solo por la amistad sino también por el paisa-
naje, ambos son navarros y tienen muchos puntos en co-
mún, por ello alabó las cualidades de una tierra noble que
veía reflejadas en Juan Pedro y transmitió todo su cariño
a la familia. Reconocidas son, además, las cualidades co-
mo historiador y ameno conferenciante del autor. Por par-
te del Colegio de Madrid, su Presidente acompañado del
vocal de industria, entregaron a la familia una placa de
honor en reconocimiento a la labor de Juan Pedro en di-
cha vocalía, con la que colaboraba activamente en la pre-
paración de cursos.
Continuó la tarde con una ronda de intervenciones es-
pontáneas en las que amigos como Margarita Arroyo (di-
rectora de
Pliegos de Rebotica
), Paloma Ruiz Vega
(miembro deAEFLAvenida desde Cádiz para la ocasión),
Inmaculada Alegría (directora de la Asociación de Ami-
gos de Navarra) y Benito del Castillo (Decano
ad-hono-
rem
de la Facultad de Farmacia de la UCM) compartie-
ron sus vivencias, anécdotas y más entrañables recuerdos
vividos con Juan Pedro. Finalmente, May Bascuñana, la
imprescindible secretaria de Juan Pedro, invisible mano
derecha que ha tomado generosamente el testigo en tan-
to se cubra de nuevo la Secretaría, muy emocionada co-
mentó desde su experiencia tan cercana, cómo hubiese vi-
vido este día Juan Pedro. Nos habló de sus nervios y de
sus ganas, de su ilusión en suma.
Hablé con Juan Pedro a finales de septiembre o prin-
cipios de octubre, no puedo precisar, y me comentó que
acababa de estar revisando el libro, que estaba ya termi-
nado y se sentía inmensamente feliz por ello. Le di mi
enhorabuena y le dije que el día que se presentase allí es-
taríamos ambos y creo que no falló. Allí estuvo, sentado
en algún sitio entre nosotros, silencioso y discreto, como
solía, pero satisfecho. Yo así lo sentí.
Eva María Pérez Sacristán
Solo morimos
cuando dejan de recordarnos
De izquierda da derecha José Vélez, Beatriz Artalejo,
Ana Aliaga, y José Félix Olalla.
Alberto García Romero; presidente del COF de Madrid
y Fernando Caro, de AEFI con Asunción Rodríguez,
Esposa de Juan Pedro Iturralde
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