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Panorama Actual del Medicamento
ASESORAMIENTO FARMACÉUTICO
que constituyen un tejido eréctil, pudiendo aumen-
tar de tamaño en escasos segundos y obstruir la fosa
nasal casi de manera instantánea. El
cornete medio
se extiende hacia atrás y recubre el meato medio,
en donde drenan los senos frontal, maxilar y las cel-
dillas etmoidales medias y anteriores. En el
cornete
superior
drenan las celdas etmoidales posteriores. A
su vez, en la
rinofaringe
próxima a las
coanas
, está
la desembocadura de la
trompa de Eustaquio
, que
une el oído medio con la rinofaringe.
Entre los huesos que rodean las fosas nasales
existen cavidades tapizadas por una mucosa respi-
ratoria y comunicadas por aberturas relativamente
pequeñas con las fosas nasales; son los
senos pa-
ranasales
: Maxilar, frontal, esfenoidal y celdas et-
moidales. No tienen una función específica cono-
cida y se especula con que sirvan como una forma
de aligerar peso en el macizo óseo facial.
La mucosa que recubre ineriormente las fosas
nasales tiene características distintas según la zona
que recubra. La
mucosa respiratoria
cubre casi
totalmente las fosas nasales, y en la zona más an-
terior del vestíbulo nasal presenta folículos pilosos
y glándulas sebáceas. La
mucosa olfatoria
se ex-
tiende desde el techo, desde la zona adyacente
a la lámina cribosa, cubriendo parte del cornete
superior y del tabique.
La fosa nasal es la entrada normal del aire at-
mosférico en su trayecto hacia los alveolos pul-
monares. Para que llegue a estos en condiciones
adecuadas de humedad, temperatura y limpieza,
es necesario realizar una serie de procesos locales.
Así, en las fosas nasales se realiza la humidifica-
ción del aire, siempre que ello sea necesario, me-
diante la saturación de la humedad del moco, que
se completará posteriormente en la faringe. La es-
piración nasal contribuye a mantener la humedad
del moco, mientras que la espiración oral produce
desecación de la mucosa nasal.
El aire atrapado por las fosas nasales, es some-
tido a variaciones de velocidad entre los cornetes,
obteniéndose un flujo laminar, de manera que se
consigue el calentamiento del aire inspirado hasta
los 32-34º C. Esto garantiza que el pulmón va a
recibir aire para trabajar a temperatura fisiológica.
Otras funciones realizadas para facilitar la respi-
ración son las de
filtración, limpieza y defensa
.
Desde las vibrisas del vestíbulo nasal, que atrapan
partículas groseras, (de varios mm de diámetro)
hasta el sofisticado sistema de transporte mucoci-
liar, que arrastra las partículas más pequeñas hacia
el exterior además de evitar la sequedad, prote-
giendo el epitelio subyacente.
El olfato
es uno de los sentidos menos desa-
rrollados en la especie humana; éste avisa de la
presencia de alimentos nocivos o descompuestos.
También es capaz de desencadenar reacciones
afectivas o de rechazo. Asimismo, las fosas nasa-
les también intervienen en la fonación, proporcio-
nando cámaras de resonancia para la voz emitida.
Además, interviene en la pronunciación de deter-
minadas letras (consonantes nasales), abriendo
las fosas nasales, mediante la abertura del paladar
blando durante su pronunciación.
La nariz también puede funcionar como órgano
ejecutivo de determinados mecanismos reflejos
en el ciclo respiratorio, donde cada fosa nasal se
ensancha y estrecha alternativamente cada tres a
seis horas, o bien como desencadenante de es-
tornudos, etc. El ciclo fisiológico nasal presupone
un equilibrio entre el control vasomotor simpático
y parasimpático, originando una alternancia entre
congestión-descongestión, de manera cíclica y al-
ternante en los cornetes de ambas fosas nasales.
Si en algún momento, se pierde esta alternancia,
disminuyendo o desapareciendo el tono simpático,
predomina la estimulación parasimpática, apare-
ciendo vasodilatación, ingurgitación y aumento
del exudado. Esto puede deberse a la rotura del
equilibrio por algún factor externo, (alergenos,
frío, irritantes físicos o químicos, infecciones), o a
determinados factores internos (alteraciones en-
docrinas, alimentación, mediadores vasoactivos,
etc.). Ambos tipos de factores están mediados por
sustancias vasoactivas como histamina, cininas,
etc.
La mucosa nasal está en contacto con el medio
ambiente, por tanto no se mantiene estéril; de
hecho, es alcanzada por multitud de gérmenes
que pueden, en un momento dado, causar una
infección. Para evitar esto, la mucosa está provista
de una serie de mecanismos de defensa como el
sistema de drenaje basado en el moco, el epitelio
ciliado, el reflejo tusígeno, la presencia de liso-
zima, de inmunoglobulinas y del complemento en
las secreciones, así como la presencia de macró-
fagos y neutrófilos, que migran desde el torrente
sanguíneo. Intervienen por tanto mecanismos hu-
morales, celulares y mecánicos.
Precisamente, la rinitis alérgica
es
un cuadro de
hipersensibilidad tipo I, desencadenado por inmu-
noglobulinas de la clase E (
IgE
) específicas frente a
alérgenos tales como los ácaros del polvo domés-
tico, epitelios de animales y esporas de mohos.
Entre los alérgenos animales, es importante rese-
ñar que no sólo existen proteínas antigénicas en