Revista Farmacéuticos - Nº 138 - julio/septiembre 2019 - page 9

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ueva Orleans es una ciudad
enorme aunque, al parecer
vive poca gente en ella; se
rumorea que no tiene más
allá de 300.000 habitantes. El
cogollo de todo está en el bario francés y
merecen la pena también el bario financiero
y el distrito jardín. El resto no es para
turistas, ni casi para sus propios habitantes.
No hay vuelos directos desde España, ni tampoco
se ofrecen viajes organizados, por lo que tiene un
especial atractivo para gente aventurera. Se puede
ir hasta Miami, y desde allí en un vuelo interior de
unas dos horas se llega al aeropuerto internacional
Louis Armstrong, que es el aeropuerto de Nueva
Orleans en honor al famoso músico de Jazz. El
destino es tan poco frecuente para el turismo de
consumo que, ni siquiera hay japoneses; un alivio.
Decidimos ir a Nueva Orleans porque habíamos
llegado al convencimiento de que es una excepción
dentro de Estados Unidos; y la verdad es que era
cierto. Su pasado francés y español ha marcado
definitivamente esta ciudad que está en el estado
de Luisiana en pleno golfo de México, en la que
desemboca el Río Misisipi; son frecuentes las
tormentas tropicales, y es la cuna del Jazz. En
cuatro días se puede ver bien Nueva Orleans y en
cinco sobra tiempo.
Si vas a viajar con niños, olvídate, para eso está
Orlando en Florida o incluso Nueva York; ésta es
una ciudad de perdición, eso sí, perdición inocente
como la mayor parte de las cosas de Estados
Unidos. A pesar de su mala fama las autoridades
han intentado buscar diversiones para niños pero
el resultado es escaso, ya que solo hay un museo
de insectos y un oceanográfico, que únicamente
merecen visitarse si sobra tiempo.
HOTELES:
Son buenos y baratos – no más caros que en
Madrid o Barcelona – aunque el abuso que hacen
del aire acondicionado llega a molestar porque hay
que llevar ropa de abrigo al desayuno, cuando en el
exterior puede hacer 37ºC de temperatura y más
del 90% de humedad.
Nosotros nos hospedamos en el Royal Sonesta en
la calle más bulliciosa del Barrio Francés que es
Bourbon Street. (Por cierto, Bourbon es por los
Borbones). La mayor parte de las calles de este
barrio conservan los rótulos de la dominación
española en cerámica: calle Santa Ana, Plaza de
Armas, Calle Real, etc.. Recomendamos este hotel a
120 -130 euros la noche que además está muy bien
aislado por lo que no se oye el bullicio de la calle y
tiene piscina, algo muy necesario en Nueva
Orleans.
DESAYUNO
Estimamos que hay que huir de cualquier desayuno
típicamente americano porque lleva patatas, calabacín y
otros tubérculos fritos con piel y todo. Sin embargo,
por la tradición francesa, hacen un desayuno
continental a base de frutas y croissant que son
excelentes y que no tienen nada que envidiar a muchos
de los que hacemos aquí o incluso en Francia.
COMIDA:
A pesar de la fama (en Estados Unidos) de la
comida criolla solo podemos decir que es muy
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Pliegos de Rebotica
2019
Enrique Granda Vega
Viaje a Nueva Orleans
Antes que los del Tea Party
decidan inundarla definitivamente
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