Revista Farmacéuticos - Nº 138 - julio/septiembre 2019 - page 5

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Pliegos de Rebotica
2019
A
A
ndrés Laguna
(Segovia 1494 -
1560) fue algo
más, mucho más
que un
excelente medico:
anatómico, botánico, filósofo,
farmacólogo, comentarista,
políglota y, sobre todo,
hombre bueno, generoso y
amante de la paz.
Estudió Medicina en
Salamanca y continuó sus
estudios en París, donde
además aprende griego.
Todavía estudiante, traduce a
Aristóteles y comienza a publicar temas médicos
y en 1539 es llamado por Carlos I como médico
de la real familia, residiendo en Toledo, en la
Corte del César al que acompaña al año siguiente
a Alemania donde dio sobradas muestras de su
abnegación durante la epidemia de peste que, en
1542, diezmó la ciudad de Metz: “vuela al peligro;
acude donde le llama su santo
ministerio; cura al rico y al pobre, al
señor y al súbdito, arranca a la
muerte su presa y el cielo, que le
reservaba para grandes empresas,
salva su vida”.
Su personalidad le lleva a intervenir
en las disputas y querellas que
mantienen las casas reales y llega a
presentar a Europa, en un patético e
inolvidable discurso, como una mujer
triste, llorosa y de aspecto fímico,
que a la pregunta de por qué se
encuentra en tan lamentable estado,
contesta: “A los príncipes cristianos
se lo debo”. (¿Os suena de algo,
queridos y escasos
lectores?).
En Bolonia y Roma ejerce
la enseñanza y el cargo de
médico de los papas,
recibiendo grandes honores
y nombramientos.
Y, por fin, en 1555 y en
castellano, escribe
Pedacio
Dioscórides Anazarbeo,
acerca de la materia
medicinal y de los venenos
mortíferos, traducidos de la
lengua griega en la vulgar
castellana, e ilustrado con
claras y substanciales
annotaciones y con las figuras de innumerables
plantas exquisitas y raras;
el coloquialmente
llamado, Dioscórides o
Materia médica
.
Con sus obras contribuyó a la propagación de los
estudios botánicos en España, vuelto a la cuál
fallece por un posible cáncer de recto.
Pero deja su obra inmortal. Porque, en
efecto, la
Materia Médica
, fue el texto
con el que los boticarios españoles
aprendían materia farmacéutica y era
uno de los libros más consultados en
las boticas junto a los Cánones
de
Mesué
. Su influencia seguía siendo
considerable en los siglos XVII y XVIII
y, así, el
Examen de boticarios
, de
Esteban Villa (Zaragoza, 1698), hace
continuas referencias elogiosas a la
obra de Dioscórides y, entre los libros
que considera imprescindible para el
farmacéutico, cita los comentarios de
Laguna sobre Dioscórides y afirma que
el boticario debe saberse, de modo
especial, el prefacio de Dioscórides
Ángel del Valle Nieto
Andrés Laguna y
los boticarios
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