Revista Farmacéuticos - Nº 134 - Julio/Agosto 2018 - page 39

A
pesar de los vientos desfavorables que
arrecian cual tifón queriendo arrastrar, a su
paso, cualquier indicio de nuestro patrimonio
cultural, referido a la tauromaquia, muy
cuestionado en algunos sectores por
desconocimiento, no es menos cierto que ésta, y
especialmente el toro, sigue siendo el centro de atención
de diferentes públicos.
Festejos populares y ferias taurinas se han celebrado, y
seguirán celebrando, en nuestra España hasta bien entrado
el otoño, no olvidemos que forma parte de nuestra
cultura y de nuestra historia y como dijo Antonio Gala:“
El
toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un
símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de
alrededor y los antepasados…
”.
Bien es cierto que, sin menoscabo de lo antedicho, ha
descendido el número de espectadores que han acudido a
las diferentes plazas de toros y ello ha de ser motivo de
reflexión. Presumiblemente ello es debido a múltiples
causas cuales: cambios de mentalidad, desconocimiento,
emoción inexistente, crisis económica, pérdida de calidad
en los carteles que se ofertan a un público, hastiado de
ver siempre lo mismo, movimientos animalistas, programas
de algunos partidos políticos, generalmente
independentistas y de izquierdas conducentes a la
abolición de las corridas de toros en distintas
Comunidades Autónomas… y tantas y tantas otras.
En síntesis la evolución de la Fiesta de los toros, la
adecuación de la misma, sin perder su esencia, a la realidad
de la sociedad actual; sociedad en la que, cada vez más, los
valores del honor, el esfuerzo, el individualismo, la nobleza,
no son apreciados, pero si considerar “tabú” a todo lo
relacionado con la muerte, o la exaltación de un
animalismo humanizado queriendo poner en un mismo
plano al ser humano que a
un animal irracional, entre
otras causas, exige
planteamientos diferentes.
La Fiesta ha de
evolucionar acorde al
propio ritmo de los
tiempos, ritmo a veces
vertiginoso, pero es
necesario introducir
cambios, razonables. La
unificación de los distintos
Reglamentos taurinos
sería un paso relevante,
como la programación de los carteles, y hasta la propia
lidia, pues el público actual no es el mismo que el de
épocas pretéritas, han de cuidarse la educación social y el
bienestar animal que son totalmente compatibles con
nuestra Fiesta, pero lo fundamental es cuidar el toro sin
ello lo demás en ahondar en el hastío.
La Lidia tal vez necesita introducir cambios que la hagan
más agradable, sin perder la emoción porque sin ella lo
otro sobra, el, por ejemplo para mi insustituible, tercio de
varas, podría ser modificado con la variación, que se ha
hecho en otros tiempos, del tamaño de la puya, pero
sobre todo con una correcta ejecución de la suerte por
el picador, una vez que al toro se le ha puesto en suerte
de la manera adecuada algo que, para disgusto de los
aficionados, no siempre se hace; al igual que tercio de
muerte que debería ir encaminado a disminuir la agonía
del toro, por señalar tan sólo algunos cambios, en el
convencimiento de que ,evocando a Sócrates,
El secreto
del cambio está en no enfocar la energía en combatir lo
viejo, sino en construir lo nuevo
”.
Soy de la opinión que motivos para el cambio los hay.
Sirva de ejemplo la última Feria de San Isidro, la Feria más
larga de la historia, ¡34 días seguidos!, a la que más de 600
mil espectadores presenciamos los festejos y al final ¿cuál
ha sido el resultado?, ¿qué ha quedado para el recuerdo?
Tal vez las controvertidas decisiones de algún presidente,
el arte, elegancia, estética y poderío de un gran Alejandro
Talavante, la casta de Cayetano, la maestría del Juli, la
madurez y entrega de Antonio Ferrera, la sabiduría y
magisterio de Ponce, el toreo y valor de Roca Rey, capaz
de emocionar al respetable, las destacadísimas y bellas
actuaciones, con los rehiletes de; Fernando Sánchez,
David Adalid, Morenito de Arlés o Trujillo a las de Ángel
Otero o José Luis Neiro a la brega, el capote milagroso
del Sirio salvando de una cornada a Tomás López, de la
cuadrilla de Joselito
Adame, cuando
resbaló a la salida
de un par de
banderillas, haciendo
por él el astifino de
Fuente Ymbro, la
buena ejecución de
la suerte de varas
de los varilargueros,
Agustín Navarro,
Miguel Martín,
Guillermo Marín, o
39
Rosa Basante POL
Pliegos de Rebotica
2018
DESDE EL CALLEJON
El secreto de todo cambio es…
no en luchar contra lo viejo
sino en construir lo nuevo
Alejandro Talavante
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