religiosos como al propio contenido de su obra,
mucho menos aferrada a conocimientos clásicos.
Así es posible encontrar en la obra de Gesner
determinadas descripciones como
“Quintaesencia de la sangre humana”
en
el que el autor se limita a describir la operatoria
y a añadir: “
En lo que a mí respecta, he de decir
que no puedo aprobar la utilización de la sangre
humana como remedido. Pues aunque la razón y la
experiencia me persuaden a hacerlo, mi religión me
lo prohíbe, al menos para tan gran número de
remedios.Tampoco me agrada la manera de
prepararla. Alberto Magno, en caso de que sea el
autor, ya que ordena que se destile una sola vez.
Mas fundamentada me parece la composición que
voy a describir a continuación: Oleo santo u óleo
vivo de Hugo Gordonio, que conserva la vida del
hombre y que curó muchas y graves
enfermedades. He aquí
la fórmula:Tres libras
de sangre de un
hombre bien sano o
de varios entre los
veinticinco y los treinta
años. Una libra de
esperma de ballena y
otro tanto de médula
de buey. Se destilan en
un alambique bien
azulacado
2
. El agua
primera saldrá blanca;
la segunda pálida; la
tercera leonada y la
cuarta roja y un poco
grasienta. El aceite así
destilado crece y
decrece con la luna
3
.
Por ello se llama santo
”.
La obra a la que hago referencia es el
Thesaurus Evo nymi Philatri de remedis
secretis
, subtitulada
, Sobre remedios raros y
excelentes poco practicados
, formada por dos
tomos que se han editado en facsímil en
momentos diferentes por Círculo Científico.
El primer tomo, cuya publicación en facsímil y
traducción se lleva a cabo en el año 2006, lleva
por título
Tesaus de Remediis Secretis
y por autor
a Evonimi Philatri, un pseudónimo que utiliza
Gesner seguramente para protegerse en la
época convulsa en la que aparece. Durante
mucho tiempo se pensó que podía haber
existido Evónimo Filatro, como lo prueba que
muchos autores del siglo XVI e incluso
posteriores creyesen que se trataba del nombre
propio de un alquimista que había existido en
realidad, un hecho que investigaciones recientes
acredita como falso.
El contenido de este primer tomo comienza con
la descripción detallada de los aparatos
empleados para la destilación, desde los que
producen una destilación más suave como la que
se produce por la ebullición del agua en baño
María, hasta la más intensa en la que se emplean
hornos. Ningún alambique de los empleados en
la época deja de ser cuidadosamente descrito,
incluida la Torre Filosofal de Matiolo, uno de
cuyos ejemplares se conserva en la botica de El
Escorial, y que consistía en un horno con
numerosos alambiques capaz de llevar a cabo
una primitiva destilación fraccionada. El resto del
contenido de este primer tomo se
dedica a la extracción de
quintaesencias, las aguas de
vida, aguardientes,
perfumes y aceites
esenciales y vinos
aromáticos y medicinales.
En el segundo tomo
aunque insiste en
descripciones sobre la
destilación, su contenido
se dirige más al
tratamiento de
enfermedades concretas
por lo que podría
considerarse un manual de
farmacología, lo que le
confiere un valor histórico
singular. En este caso se
incluyen también aceites minerales como los de
antimonio, vitriolo e incluso la obtención de oro
potable, y también obtenidos de sustancias
orgánicas como los de maderas y cortezas.
Este segundo tomo ha recibido el patrocinio de
la Academia de Farmacia de Castilla y León, la
Universidad de Salamanca, y los Consejos
Generales de Profesionales Farmacéuticos de
Castilla y León y el de Colegios Oficinales de
Farmacéuticos, y del que han sido revisores Luis
San Román, Miguel Ladero y Mª Luisa Martín
Calvo, todos ellos académicos numerarios de la
Academia de Farmacia de Castilla y León, y
amigos del que suscribe, desde que terminamos
la carrera en la Universidad Complutense. Su
lectura constituye una agradable excursión al
pasado de la farmacología y a la operatoria
farmacéutica de la época que recomiendo a
quienes gusten de estas experiencias.
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7
Pliegos de Rebotica
2018
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2
Alambique azulacado: es un tipo de alambique que lleva un recubrimiento interior de tipo cerámico.
3
En la obra que comentamos hay interesantes referencias a esta propiedad de la sangre de San Ge-
naro en Nápoles o la de San Pantaleón en el convento de la Encarnación en Madrid.
