Revista Farmacéuticos - Nº Número - 132 Enero-Marzo 2018 - page 3

¿
D
e qué materia están hechos los sueños? dijo el poeta. Es una frase redonda y
evocadora que nos hace meditar en lo cotidiano que no podemos tocar. Pero
lo que a mí me visita a veces es otra más inquietante o al menos me lo
parece. ¿De qué materia está hecho el tiempo? Al fin y al cabo los sueños más
o menos están hechos de nuestro devenir, de nuestras circunstancias, de
nuestros temores. O en otra de sus facetas, de nuestros ideales, ambiciones, deseos de amar
y de ser amados. En general tanto en un caso como en otro, pueden ser nuestros aliados.
Incluso cuando son nuestros enemigos es posible, sino vencerlos, unirnos a ellos para
volverlos a nuestro favor.Y voy a poner como ejemplo lo que me ocurrió no hace mucho y
a lo que aplico en mi consulta para evitar pesadillas, especialmente en los niños.
Durante meses tuve una pesadilla recurrente en la que llegaba de noche a una ciudad
desconocida aparentemente para disfrutar de una estancia agradable. Salía del hotel y
caminaba confiadamente por una calle normal e iluminada. Pero repentinamente advertía
que no recordaba en absoluto el nombre del hotel o la ciudad, en qué calle se encontraba y
carecía de teléfono, documentación y dinero.
Para colmo las calles estaban completamente
vacías. Era angustioso y el sueño se repetía
cada vez con más frecuencia. Me dormía con
la inquietante sensación de que podría
repetirse esta situación tan desagradable, por
lo que decidí que no iba a sentir por más
tiempo esa angustia y que iba a cambiarla a mi
favor. De manera que me dormía pensando
que , de paso que buscaba el hotel, iba a
recorrer lo mejor de esa ciudad imaginaria
con toda tranquilidad disfrutando de los
lugares agradables que me fuera encontrando.
Finalmente, partiendo de la misma situación,
llegué a ver en lo que habían sido mis antiguas
pesadillas, las iglesias, palacios y catedrales
más hermosas, más increíbles, más grandiosas
que he visto en mi vida y, que sin saber cómo,
mi propia imaginación creaba.Y desde luego esos otros deseos hechos de esperanzas y
deseos de logros futuros nos ayudan a vivir mejor o a ser mejores.
Sin embargo nunca he conseguido volver atrás en el tiempo para poder no decir aquella
palabra inoportuna , deshacer lo mal hecho, corregir una mala decisión, hacer lo que no
hice. Acaso sea porque la sustancia del tiempo sea nuestra propia sustancia, porque se
alimenta de nosotros, de todo lo que vive, como un parásito cruel que acaba aniquilando a
su huésped. Sí, todo lo que vive, porque todo lo que existe no es más que diversas
manifestaciones de una misma energía y en poco se diferencia toda la Creación, aunque
existan esas pequeñas diferencias, - ah! esas sabrosas diferencias- que hacen tan diverso y
hermoso todo lo creado.
Quizá sea esa la materia de la que está hecho el tiempo, de la que se nutre el tiempo.Y todo
esto dicho sea humildemente y, por supuesto, con el debido respeto al señor Einstein.
3
Margarita Arroyo
Pliegos de Rebotica
´2018
CARTA DE LA DIRECTORA
Con el debido
respeto
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