Revista Pliegos de Rebotica - Nº 123 - Octubre/Diciembre 2015 - page 28

E
E
l título, es verdad, parece un poco
presuntuoso; pero, no es así y me apresuro a
explicarlo:
En mis lecturas
me he encontrado,
como seguramente cualquiera de los posibles
lectores de este número de
Pliegos
, con
palabras y frases referidas a boticas y boticarios, a
farmacias y farmacéuticos. Pues bien, de esas
mis
lecturas
he extraído las citas que me han parecido más
afortunadas relativas a nuestra nobilísima profesión y
hago hincapié en que se trata de lecturas de tipo
novela o tratados diversos, pero no de obras de
Historia de la Farmacia que, indudablemente, me
hubieran desbordado.
¿Boticas, boticarios, farmacias, farmacéuticos?
¿Por dónde empezar? Lo haremos de la mano de
Jesús Sánchez Adalid y su novela
Los milagros del
vino
. (Pág. 168):
<< […] Permanecía muy atento a lo que hacía su
padre en el pequeño y desordenado cuartucho del
Asclepión, donde se amontonaban por todas partes
grandes jarrones, ventrudos y decorados con figuras de
dioses y diosas; recipientes más pequeños, vasos, platos
coloreados con signos sagrados, piezas de metal,
piedras pulidas, afilados cuchillos, alfileres con grandes
cabezas planas, punzones, ollas de todos los tamaños
para hacer cocimientos y muchos, muchísimos tarros
llenos de hierbas medicinales, ungüentos, tinturas,
bebedizos, elixires, de los cuales emanaba un intenso
aroma mezclado, el inconfundible olor de la
farmacopea sacra del dios; y, dominándolo todo, como
objetos de culto más grandes, las imágenes del propio
Asclepio, ora sentado, ora de pie, con los rasgos
propios de Zeus, para acentuar su poder sanador; y
también las estatuas del centauro Quirón, de las tres
diosas, Higea, Iaso y Panakeia, de Macaón con los
perros sagrados, de la serpiente, de la
mandrágora…Las paredes aparecían completamente
abarrotadas de representaciones, relieves, pinturas,
estantes, colgajos de plantas secas, pieles de animales,
huesos, dientes, cuernos… No había espacio para nada
más en aquella estancia, donde Podalirio se dedicaba
diariamente con esmero y concentración, a las tareas
propias del arte de sanar.
[…] Podalirio majaba con mucho esmero una mixtura
brillante, aceitosa y de color verdoso, que iba a servir
para preparar una pomada.Añadía los ingredientes y
después los removía con una espátula diminuta. Lo
hacía con sus manos largas y lánguidas; manos de
místico, de sabio. […] De vez en cuando, el sacerdote
iba dando explicaciones a su hijo:
–No se puede ser curador si no se es un gran
herborista; tan conocedor de los remedios simples
como hábil para preparar los medicamentos
compuestos. Fue el centauro Quirón quien enseñó a
Asclepio el uso de las hierbas sagradas.Tres son las
plantas llamadas <<curalotodo>> o panacea:Asclepia,
Quironeia y Heracleia. ¿Te das cuenta? La primera lleva
el nombre del dios Asclepio, la segunda del centauro
Quirón y la tercera del semidiós Heracles. […] Los
medicamentos que se fabrican con estas hierbas sirven
para todo: heridas, inflamaciones, dolores de la matriz
de las mujeres, estranguria, el mal de piedra, los
huesos…¡Para todo! Este ungüento que estoy
preparando con ellas suelo hacerlo todas las semanas.
Es bueno que los medicamentos sean frescos…
Aunque, en el caso de las tinturas hechas en vino o
aceite, cuanto más tiempo mejor. >>
De este “asclepión” griego pasamos, saltando en el
tiempo todo lo saltable, a esta
farmacia veneciana
que encontramos en
El esnobismo de las
golondrinas
.
(Pág. 1043) y cuyo autor es Mauricio
Wiesenthal.
<<En una calleja de Rialto encuentro una
vieja
farmacia
, decorada con preciosas tallas de madera,
albarelos de Delft, vasos de vidrio de Murano, valiosos
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Pliegos de Rebotica
´2015
Ángel del Valle Nieto
En mis lecturas
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