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l 28 de junio de 1914 Europa, disfrutaba
alegremente de su
belle èpoque
. El
optimismo general se notaba en la vida
de sus ciudades, en la arquitectura de
sus capitales, surgían bulevares, cafés,
cabarets, teatros, galerías de arte…. era una
época de abundancia, en que todo parecía posible
y se paralizó bruscamente ante la amenaza de
guerra. Treinta y un días después, de la
Belle
Èpoque
, solo quedaban recuerdos.
Tiene razón Barbara Tuchman, en su obra
Los
cañones de agosto
, cuando nos recuerda que el
calor de los veranos altera los cerebros y la
conducta de los hombres. Sus decisiones son
extremas y aumenta el riesgo de cometer
errores. Los veranos tórridos, y el de 1914 lo
fue, llevan a la exaltación, a pelear, son escenarios
de contiendas.
Si hacemos caso de lo nos han contado, el
porqué del principio de la Gran Guerra, el
motivo aireado hasta la saciedad, fue el asesinato
del Archiduque Francisco Fernando, heredero del
Imperio Austro-Húngaro, en Sarajevo. La acción
fue llevada a cabo por un terrorista serbiobosnio
el 28 de junio de 1914. A principios de julio,
como, represalia, Austria, decidió invadir Serbia,
no sin antes asegurarse de que en caso necesario
Alemania le prestaría ayuda militar.
Max Hasting
,
historiador de la
Gran Guerra
opina que Alemania
estaba dispuesta a aceptar una conflagración
europea, el Kaiser temía el poderío militar ruso.
Una gran equivocación de las potencias centrales
que formaban
La triple Alianza
(Alemania Austria
Hungría), fue pensar que una guerra ayudaría sus
fines políticos. (Italia que había sido miembro de
esa coalición, no se unió al considerar que
Austria era la nación agresora). Pasaron por alto
un espinoso detalle, Serbia era protegida del Zar.
El 28 de julio Austria bombardea Belgrado, tres
días después el Zar mueve sus tropas, antes de
que lo hiciera el Kaiser y Alemania se encuentra
con un segundo frente. Los alemanes atraviesan
Bélgica, era el famoso plan Schliffen, que buscaba
derrotar a Francia penetrando a través de
Bélgica, (de cuya neutralidad era garante el Reino
Unido). Así lo comunica a Londres, que a su vez
manda un ultimátun a Berlín advirtiendo, que si
no se retiraban de Bélgica entraría en la lucha.
No sirvió de nada. El cuatro de agosto Gran
Bretaña entra en el Conflicto. Así están cosas, la
“Triple Alianza” de los poderes centrales a la que
se unieron el Imperio Otomano y Bulgaria,
contra la “Triple Entente” (Francia Gran Bretaña
y Rusia) a la que más tarde se unieron Japón y
EEUU. Las fuerzas parecían equilibradas, sin
embargo las tropas alemanes logran atravesar
Bélgica barriendo a los ejércitos ingleses y
franceses, acercándose peligrosamente a Paris. Es
el tiempo de las batallas de movimiento, al estilo
napoleónico, tan seguros estaban de tener la
guerra ganada, que enviaron tropas al frente
oriental, su segundo frente y contienen el avance
ruso. Batallas hubo muchas y todas sangrientas,
pero en la memoria colectiva de los europeos
quedaron impresas Marne,Verdun y Somme.
Con la victoria francesa en el Marne en
septiembre de 1914, el general francés Joffrel
detuvo el avance alemán hacia Paris. Fracasaron
en el proyecto de invadir Francia, tuvieron que
replegarse. Fue el final del plan Schliffen, se acaba
la guerra de movimientos, empieza la de
trincheras y desgaste. Si la primera parte de la
guerra fue dura, sangrienta y con un gran número
de bajas, lo peor vino con las trincheras, el
armamento defensivo, los gases tóxicos,
lanzallamas y alambradas.
19
Pliegos de Reboticca
´2014
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Beatriz Aznar Laroque
La Gran
Guerra en Europa
